Juan Francisco Elso Padilla es uno de los artistas plásticos más importantes de Cuba, es reconocido por una prominente carrera artística en manifestaciones como pintura, grabado, escultura e instalación. Nació el 30 de agosto de 1956, en La Habana, tres años antes de la revolución castrista.
Cursó estudios en la Escuela de San Alejandro y en la Escuela Nacional de Arte en Cuba, aunque desde un principio quiso alejarse del estilo soviético que imperaba en la isla después de la revolución, por lo que dedicó su carrera a construir el nuevo arte cubano, el cual tomaba como inspiración las culturas indígenas y afrodescendientes, además de incorporar influencias del arte contemporáneo del mundo.
En 1981 participó en la muestra Volumen Uno, exposición que le dio nombre a la nueva vanguardia artística de Cuba, esta muestra estaba basada en la guerra de El Salvador. En 1982 realizó su primera exposición personal, titulada Tierra, maíz, vida, en la que presentó esculturas con materiales como yute, barro crudo, semillas entre otros, siendo esta su primera incursión en la cultura autóctona de América. Ese mismo año ganó el Premio del Salón Nacional de Paisaje en La Habana.
En 1984 participó en la Bienal de la Habana, con la pieza El Monte, en la cual explora las raíces culturales de la tradición afrocubana particularmente de la Santería y el culto de Palo Monte. Por lo que a partir de este año decidió explorar y redescubrir el espiritismo y lo integró a su obra de forma política y poética, lo que dio inicio a su proyecto de espiritualidad latinoamericana, este fue el núcleo y leit motiv del resto de su obra.
De esta manera, en 1986 viajo a México para incorporar a su obra la historia arqueológica y tradiciones de los pueblos prehispánicos, particularmente de la cultura Maya. Ahí se casó con la pintora Magali Lara.
Ese año también exhibió su impresionante pieza Por América, la cual se trata de una figura tallada de José Martí, el héroe cubano, la obra se construyó con madera y yeso, imitando la imaginería española.
También en 1986 presentó su segunda muestra personal, Ensayo sobre América, la cual se exhibió en la Bienal de Venecia de ese mismo año.
Aunque lamentablemente, por esos años fue diagnosticado con leucemia. Lo curioso es que Juan Francisco se auto diagnosticó antes de que los doctores confirmaran sus sospechas, aseguró que llegó a utilizar su propia sangre dentro de sus obras y pudo percibir que algo estaba mal con su cuerpo. El cáncer le obligó regresar a Cuba para que recibiera un intenso tratamiento. En 1988 murió, a los 32 años en La Habana.