Berenice Martínez
“Yo le pediría al gobierno que viera por nosotros, por todos los del río, que tomara conciencia, que viniera a revisar atrás de la iglesia, hay una grieta y si se desborda la iglesia nomás nos va a lastimar y a matar, ahí nos entierra y no nos van a encontrar”.
Ésta, es la solicitud que damnificados de la junta auxiliar Xaltepuxtla hicieron a los gobiernos, pobladores que desde el domingo permanecen en el albergue habilitado en una escuela indígena operada por la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) en el municipio de Tlaola.
Un grupo de habitantes de la comunidad ubicada en la Sierra Norte de Puebla, que pidieron la gracia del anonimato, contaron cómo desde el sábado 6 de agosto tuvieron que abandonar sus viviendas por el deslave de cerros que pudo haber terminado con sus vidas. Aunque no perdieron sus casas, éstas si se encuentran en zona de riesgo, por lo que temen volver a sus hogares.
Con angustia, hombres y mujeres de la localidad solicitaron a los gobiernos federal y estatal reubicar sus viviendas, pues aludieron que al menos 15 familias se encuentran en áreas cercanas a un río y con posibilidad de derrumbe de cerros y una iglesia.
“Ya no queremos regresar, ya nos avisaron que sí va a crecer el río, las compuertas ya no sirven, están para reventarse, entonces, sí tenemos miedo, estamos todos igual por la zona de la iglesia, el cerro y el río”, relataron.
Los pobladores que se alimentan de los víveres que envían dependencias e instancias de gobierno sentenciaron que aunque comen dos o tres veces al día, no permanecerán por más de un mes en el albergue de Tlaola, pues éste atiende a cientos de personas de las juntas auxiliares de Xaltepec y Tlalmaya, por mencionar algunas.
“La esposa de mi tío es la que se murió, con su hija, mi tía y su yerno, ahí vivían los tres en la misma casa y mi tío todavía salió y un primo que fueron al baño, y ya venía el bordo, entonces, ya no pudieron, todavía entraron a la casa a despertar a la señora pero ya no se levantó, no quiso y luego pues se fueron corriendo a pedir ayuda pero había mucha lluvia, mucha agua”, narró una afectada.
El grupo nutrido de damnificados que permitieron ser entrevistados relataron que los víveres no alcanzan para los hombres, ni mucho menos para las mujeres que necesitan toallas sanitarias y niños que requieren pañales, los cuales son insuficientes para las más de 140 personas que se encuentran en el albergue de Tlaola.