Vivir sin pasión en la vida, es como comer sin saborear o pasear sin ver, porque aunque la pasión por su definición implica “padecer”, también carecer de ella es morir un poco, la pasión es una situación que tiene muchos matices, pasión por el amante o el amado, pasión por los deportes, pasión por esto o por aquello, pero en realidad la pasión, insisto, es el color de las mañanas, es la llama de las emociones, es la fuerza y el viento de las acciones, y aunque podríamos hablar largamente sobre como la pasión en algunas relaciones también es la sal de las lágrimas, por esta ocasión vamos a hablar de la pasión que alimenta el alma.
Creo que algunos ingredientes de la pasión son sin duda dos situaciones que desafortunadamente se han ido perdiendo poco a poco, la primera es la capacidad de asombro, la segunda nuestro compromiso real y responsable con las cosas, a que me refiero concretamente, a que una de las razones por las que la pasión es como una “flama” es porque cada día en el que me apasiono por algo despierto con el ánimo de descubrir cosas nuevas e interesantes de esa situación, y me refiero en todos los sentidos, ¿qué mata la pasión?, generalmente el tiempo, por ejemplo cuando ya pasé muchos años con una persona, cuando ya hice durante mucho tiempo alguna actividad, cuando ya me “aburrí”, y es que estamos tan acostumbrados últimamente a las cosas rápidas y a los cambios repentinos que nuestra capacidad de asombro muere, por lo tanto la pasión por hacer algo también se desvanece por el rápido movimiento de las acciones, y porque, seguramente, se me va olvidando que algún día me comprometí con algo, por lo que en ese instante hubiera dado la vida (literalmente)
¿Cuándo son buenas las pasiones?, porque como dijimos anteriormente hay pasiones que matan, las pasiones son excelentes cuando nos dan un sentido de vida, cuando nos hacen felices aunque nos dejen sin aliento, cuando nos impulsan, nos entusiasman, nos excitan, nos estimulan a vivir, cuando nos comprometen a levantarnos cada día y entregarnos con amor y asombro a una actividad, cuando nos enamoramos de lo que hacemos y lo disfrutamos enormemente.
Sólo piensa lo que sucede cuando una persona estudió una carrera que no le gusta, cuando está en un trabajo que odia, cuando se casó con la persona que no amaba, o simplemente cuando no ha descubierto ninguna pasión por nada (y aunque no lo crean esas personas existen para desgracia de ellas mismas), y es que si hablas con una persona mayor y le preguntas si disfrutó de la vida de inmediato te va relatar de las cosas y personas que le apasionaron y sus ojos se le iluminarán de nuevo y su sonrisa aparecerá en el rostro.
Así es que te invito a lo siguiente:
1º Descúbrete, observa que es lo más amas en la vida, y entrégate a ello con fuerza, con tesón, sin miedo, con la única condición de que esto que te “apasiona”, no te haga daño a ti ni a nadie más, recuerda que eso es elegir con libertad.
2º Comprométete, la pasión por algo, siempre lleva implícita una dosis de disciplina, no falles ni te falles, asiste, dedícale tiempo, no claudiques.
3º Asómbrate, si ya tienes una pasión por algo, y empiezas a “cansarte” te invito a que busques cosas nuevas sobre esto, a que recuerdes porque hace algún tiempo era lo que más amabas en la vida y revalóralo, ESTO TAMBIÉN APLICA PARA LAS PERSONAS QUE AMAMOS.
4º Disfrútalo, ve cómo te llena la vida y “eso” te hace el día, como la sangre corre por tus venas y tu vida tiene un sentido, como entra oxígeno a tus pulmones y bombea tu corazón, en fin como vives… entonces disfrútalo por favor.
5º Compártelo, ¿sabes?, la pasión se contagia, entonces ánima a otros, tal vez no a que “hagan” o “sientan” lo mismo que tú, pero si a que vean como hablas con fervor a cómo te entregas, a cómo disfrutas, a cómo gozas con tu pasión, verás en verdad como la gente se contagia de ti.
No quiero terminar este artículo, sin decirte que si hay alguna “pasión” en ti que te atormente, te aniquile o destruya, busques ayuda, a veces pensamos que podemos solos, y eso casi nunca es verdad, acércate a las personas indicadas, porque recuerda que la pasión mueve al mundo, pero si es por algo que no es “bueno” también nos destruye o nos mata, así es que revisa tu vida, decide y vuélvela cada día una persona MÁS APASIONADA.