El debate organizado por el Instituto Electoral del Estado (IEE) para conocer y contrastar las propuestas de los candidatos al gobierno de Puebla, Alejandro Armenta Mier (Morena), Eduardo Rivera Pérez (PAN) y Fernando Morales Martínez (MC), fue un buen ejercicio democrático que debió haber tenido, al menos, una segunda versión.
Porque con un debate los poblanos muy difícilmente podrían estar al tanto de los propios candidatos y sus propuestas.
Sobre todo cuando al debate de ayer le faltó difusión, promoción y la posibilidad de poderlo transmitir por televisión abierta para que más poblanos pudieran haberlo disfrutado, analizado y hasta criticado.
Y es que el debate de ayer sólo lo observa el círculo rojo y los equipos de campaña de los mismos candidatos, quienes, hay que decirlo, tuvieron una buena participación en el evento organizado por el IEE.
El ganador del debate, sin duda, fue el candidato puntero de la coalición “Sigamos haciendo historia”, encabezada por Morena, Alejandro Armenta, quien como el favorito se dedicó a administrar la ventaja que le dan las encuestas y a tratar de hacer un buen papel para refrendar su delantera.
Fueron incluso 5 empresas encuestadoras las que dieron como ganador a Armenta en el debate: Gobernarte, Demoscopia, Rubrum, Electoralia y Populus.
Mientras tanto, sólo Massive Caller dio como triunfador a Eduardo Rivera, quien fue el más punzante y quien lanzó más ataques a Alejandro Armenta, quien, como dicen en el box, cabeceó, quebró la cintura y evadió los golpes del candidato del Prian.
El morenista hizo propuestas, sí, pero también respondió a algunas de las arremetidas de Lalo, quien se tuvo que tirar a matar contra Armenta a fin de tratar de ganar algo en las encuestas que lo mantiene por debajo de su oponente.
Armenta hizo varias propuestas y llamó candidato del PRI y de la corrupción a Lalo, a quien le recomendó “no enojarse porque sólo era un debate”.
El candidato morenista intercambió guiños con el abanderado de MC, Fernando Morales, a quien le lanzó varias preguntas, y a quien nunca le contestó sus supuestos ataques, los cuales francamente se notaron tan falsos como él.
Alejandro Armenta cambió la estrategia y acusó a Lalo Rivera de ser el verdadero candidato de Mario Marín Torres, exgobernador poblano, actualmente recluido por el abuso y encarcelamiento de la periodista y escritora Lydia Cacho.
Hizo lo mismo y ligo al candidato panista con una candidata procesada, presa actualmente, por delitos graves contra la salud y por acopio de armas, Tania N.
Por su parte, Eduardo Rivera se le fue con todo a Armenta, a quien criticó y cuestionó el tener una relación con “el Grillo” y con el marinismo.
Sugirió, además, que el asalto a sus vecinas más bien fue una acción premeditada porque “iban por él”.
El candidato de la coalición “Mejor Rumbo para Puebla” estaba obligado a tirarse a matar en el debate, pues habrá que recordar que empezó tarde su campaña y hasta hace poco no había sido critico como un candidato de oposición.
Es por ello que arremetió contra Armenta y Fernando Morales, sobre quienes puso en tela de juicio si es que pasarían una prueba antidoping.
Llamó “palero” a Fernando Morales y les dijo a él y a Alejandro Armenta que ya nada más faltaba que se regalaran flores.
En tanto, Fernando Morales se dedicó a tratar de poner en predicamento a Eduardo, a prometer de todo, a criticar la supuesta política de antes, de donde él salió, y a invitar a Armenta a su próximo gabinete.
Lamentó que Lalo Rivera se haya quejado de la liberación de Eukid Castañón Herrera, exoperador del morenovallismo, cuando, aseguró, en el pasado estuvieron muy cerca, y mostró una fotografía de ambos.
Al final, los tres candidatos al gobierno de Puebla se autoproclamaron ganadores del debate; sin embargo, el mayor número de encuestas aseguró que el más favorecido fue Alejandro Armenta.
Lo malo del debate fueron los hechos violentos, entre porras de Morena y el PAN, que se dieron en las afueras del Complejo Cultural Universitario de la BUAP.
Porque cerraron y obstaculizaron la circulación vial, y se enfrascaron en un conato de bronca que por poco y termina muy mal.
Empero, queda un buen sabor de boca por el único debate que habrá entre los candidatos al gobierno, quienes se prepararon y llegaron afiladitos al evento organizado por el IEE.
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