Nada es fácil, pero tampoco imposible.
El camino que llevó a Alejandro Armenta a la gubernatura de Puebla estuvo lleno de obstáculos, pero ya llegó.
De una u otra forma jamás perdió su objetivo y en el 2018 parecía que era la mejor oportunidad. Todos saben que ganó la encuesta de Morena para la gubernatura, pero se impuso la voluntad de Andrés Manuel López Obrador y esperó seis años, seis largos años en donde pasó de todo en la política de Puebla.
La vorágine que envolvió a la vida política local no fue suficiente para que el senador cambiara de objetivo.
Al contrario, el Senado le permitió a Alejandro Armenta fortalecerse a nivel nacional y recorrer todo el estado y llegar como un candidato casi imbatible a las elecciones del 2024.
Seguramente Alejandro Armenta agradeció muchas veces a Andrés Manuel López Obrador aplazar seis años su llegada a la gubernatura.
Pero todo eso ya es historia.
Este 2024 será el mejor año en la vida política de Alejandro Armenta porque se sobrepuso a una voraz contienda interna con su primo Ignacio Mier y ganó la candidatura de Morena a la gubernatura.
La campaña con Eduardo Rivera fue más fácil que la contienda interna y desde hace unos días es gobernador constitucional.
Tiene enfrente una serie de enormes retos para llevar adelante su proyecto de Gobierno, como es recuperar la seguridad, mejorar el sistema de Salud y llevar a Puebla a un nivel clave en el desarrollo educativo y tecnológico.
Alejandro Armenta sabe que nada es de un día para otro, pero no moverá su objetivo para cambiar la realidad de Puebla.
Está frente a la más grande responsabilidad de su vida personal y política.
Es una gran oportunidad de trascender y créame que no la va a desperdiciar.
Este reportero se va de vacaciones unos días en esta columna.
Disfrute estos días de Navidad y que tenga un gran inicio del 2025.
Nos vemos en los primeros días de enero.
¡Que sea un gran 2025 para todos!