La reunión de ayer entre el gobernador de Puebla, Miguel Barbosa, y el senador de la República, Alejandro Armenta, no fue casual y tiene una lectura política muy clara: sino trabajan juntos el PAN ganará la gubernatura en el 2024.
Ya habíamos anticipado en esta columna que Alejandro Armenta Mier dejaría sola a Claudia Rivera Vivanco en el proceso electoral y así ocurrió.
De tal forma que Gabriel Biestro fue derrotado en el proceso interno de Morena y Claudia Rivera Vivanco fue arrollada en la elección constitucional, por lo que el camino queda libre para que Alejandro Armenta Mier se perfile como el principal aspirante de Morena a la gubernatura en el 2024.
Sin embargo, necesita el apoyo del gobernador Miguel Barbosa para crear una verdadera estructura electoral para poder enfrentar a Eduardo Rivera Pérez en la elección constitucional del 2024.
Para nadie es un secreto que, con la humillante derrota de Guillermo Velázquez en Atlixco, el virtual ganador de la capital, Eduardo Rivera Pérez, se quedó sin competencia interna en el PAN para perfilarse como el aspirante natural a la gubernatura por Acción Nacional.
Y el panorama para Miguel Barbosa es contradictorio, porque mantuvo y amplió el número de diputados locales de Morena y tiene el control del Congreso del Estado.
Sin embargo, la derrota en el proceso interno de Morena de Gabriel Biestro y la inesperada caída de Karina Pérez en San Andrés Cholula la quitan dos cartas fuertes para la candidatura a la gubernatura en el 2024.
Por eso no resulta extraña una alianza real entre el gobernador y el senador rumbo al 2024.
El gran riesgo que corren Miguel Barbosa y Alejandro Armenta es que, si se dividen, permitirán que crezca y se fortalezca el proyecto de Eduardo Rivera Pérez rumbo al 2024.
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