El pasado 24 de mayo la Secretaría de Marina desmanteló un narcolaboratorio que operaba impunemente en la zona de Morillotla en San Andrés Cholula.
Para el 29 de mayo, el gobernador de Puebla, Sergio Salomón, dijo en una rueda de prensa que existía una investigación contra los policías municipales y altos funcionarios de San Andrés Cholula por el caso del narcolaboratorio.
El pasado 9 de julio, un comando armado rompió una de las plumas de control de acceso a la zona de Sonata, ingresó al casino BigBola, mató a Alexis “N”, alias El Jaguar, a otro hombre aún no identificado, hirió a dos mujeres y un hombre más en el ataque y privó de la libertad a otra mujer y finalmente escapó con toda impunidad ante la falta de policías municipales en la zona.
Esa misma noche, la SSC de San Andrés Cholula de manera muy sospechosa omitió en un comunicado de prensa que la pareja sentimental de El Jaguar fue “levantada” por el comando armado.
¿Por qué?
¿Qué trató de ocultar la Policía de San Andrés Cholula?
Ayer el fiscal General del Estado, Gilberto Higuera, dijo en un tono molesto que no comprendía el actuar de la Policía de San Andrés Cholula en el ataque al casino de Sonata.
Y agregó que van a investigar a los mandos altos de la SSC de San Andrés Cholula y a los responsables de la seguridad privada en Sonata.
Sin duda que esa investigación llegará hasta los altos mandos de la SSC y la oficina del alcalde, Edmundo Tlatehui, porque tienen mucho qué declarar ante la FGE.
Ojalá y la presidenta municipal electa, Guadalupe Cuautle, tome cartas en el asunto y una real distancia antes de que termine dentro de la carpeta de investigación por los casos del narcolaboratorio y de Sonata.
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