Algo que analiza el partido Morena para la definición de los perfiles en los distintos estados que estarán en disputa para el 2024 es no replicar el proceso nacional al momento de definir las candidaturas, y es que luego de todo el desgaste que se ha generado en el partido tras los recorridos, la guerra de declaraciones y hasta la guerra sucia por parte de los equipos de los presidenciables, los morenistas han determinado que para evitar mayor desgaste, las mesas políticas serán lo que defina los acuerdos en lo local.
De manera reciente, se dio a conocer la determinación para que los perfiles que se inscriban por un cargo de elección popular no puedan participar para otros encargos, es decir que si el aspirante en cuestión pide participar en la encuesta o la medición de alcalde municipal, no será considerado para una diputación local, sin embargo, si previo a las mediciones, en la mesa política los aspirantes logran ponerse de acuerdo, la cosa cambia.
Este modelo permitirá a todos los interesados poder generar unidad y tener perfiles competitivos que le permitan al partido lograr buenos resultados en las distintas carteras, no obstante, si en la mesa no hay avances, las mediciones se realizarán y representarán un arriesgue total para los aspirantes a los encargos, desde regidurías hasta la gubernatura.
Este proceso ya está avanzado en algunos estados como Morelos y algunas entidades en las que existe civilidad y los aspirantes “tienen buena relación” o se han puesto de acuerdo para poner al partido antes de los intereses personales, pero ocurre en los estados nominalmente pequeños, en los casos de Puebla, Veracruz y Ciudad de México, la situación cambia en función de los acuerdos que podrían cambiar el género, o que podrían cambiar en función de las definiciones de lo nacional.
Lo cierto es que una vez pasado el 6 de septiembre comenzarán a caer en cascada las decisiones, la prioridad será la Ciudad de México y en este mismo mes patrio comenzarán las negociaciones para evitar perder la joya de la corona de la izquierda morenista y bastión de este partido, posteriormente avanzarán los estados en los que los acuerdos queden planchados, como Tabasco, Guanajuato, Morelos y Yucatán.
En el caso de Puebla, las definiciones podrían estar supeditadas a los trabajos relacionados con la aprobación del presupuesto de egresos e ingresos, así como la miscelánea fiscal en las que están involucrados los principales aspirantes a la gubernatura en Puebla, que según lo informado estaría finalizando en la tercera semana de noviembre; si todo queda listo para estas fechas, el coordinador de Morena en Puebla sería anunciado a finales de ese mes o comenzando diciembre, para cerrar el año.
Esto daría un espacio de tres meses más para que los aspirantes poblanos aprieten el paso y den el último estirón antes de que las mesas de negociación comiencen para acordar, o bien para preparar los cuchillos e ir por la pelea final en las encuestas. ¿Se pondrán de acuerdo o habrá una batalla?
