La euforia por tener un parque como el lineal que se ubica en el municipio de Puebla le ganó al edil de Cuautlancingo, Filomeno Sarmiento Torres, al grado que no escatimó ni tiempo, ni recursos para echar a andar un proyecto muy parecido al que ejecutó el Gobernador Rafael Moreno Valle Rosas.
Según las estimaciones oficiales, el eco parque denominado “El ameyal”, ubicado entre las calles Aldama y la prolongación de la calle Uranga, tuvo una costo de alrededor de 60 millones de pesos y se encuentra terminado casi al ciento por ciento.
El parque, hay que decirlo, es una obra, sin duda, muy ambiciosa que deja bien parado al edil de aquella comunidad.
El lugar donde quedó asentado El ameyal era una barranca que estaba convertida en basurero y en un muladar que estaba en el olvido. Las calles aledañas eran intransitables porque aquel que se atrevía a intentar cruzarlas quedaba atascado, inmovilizado y a la buena de Dios.
Insisto, fue un acierto importante la creación de El ameyal para la administración municipal de Cuautlancingo. Un buen paso.
Entre las cosas buenas del parque se encuentra la pavimentación de las dos calles entre las que se encuentra ubicado, tiene una pista de trote y de bicicleta, un lago natural, zona de juegos para los niños, bancas, mesas y sombrillas para poder comer, un espacio de plantas naturales y hasta una explanada para eventos diversos muy amplia.
El espacio, por supuesto, les sirve a los habitantes de Cuautlancingo para hacer deporte y para la recreación familiar.
Sin embargo, como todo El ameyal también tiene su lado negativo, su parte mala.
De entrada, el parque aún no está terminado en su totalidad, las dos pistas están sucias, no existe la garantía de que los corredores o usuarios en general no sufran una lesión por lo escabroso del camino en algunas partes.
La zona de plantas y árboles frutales está en total abandono, lo mismo que la zona de juegos infantiles.
La primera ya sufrió hasta el robo de una de las placas que explican el tipo de planta que se ubica en El ameyal. Los patos y/o gansos están regularmente encerrrados en los corrales, sin comer, y la zona de niños siempre está inundada y parece no haber remedio para limpiar el lugar.
Y lo peor, ni el director de El ameyal, Miguel Ayala Rivera, ni los guardias, ni nadie del Ayuntamiento de Cuautlancingo se han preocupado por resolver los problemas para la mejora del parque ecológico.
Ni porque existe una oficina del gobierno de Filomeno Sarmiento en El ameyal las cosas mejoran.
El colmo es que la inseguridad en Cuautlancingo se ha incrementado en las últimas semanas, por lo que los deportistas y habitantes del lugar no quieren ni salir a visitar el parque por el temor a sufrir algún asalto.
Todo esto, aunado a las graves inundaciones que sigue sufriendo Cuautlancingo por la intensa temporada de lluvias que azota a Puebla, ha puesto a la actual administración en el ojo del huracán.
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Bodas y farándula
El sábado pasado se celebraron dos bodas que fueron el pan de la sociedad poblana y la alta alcurnia.
En la primera los protagonistas fueron el joven político y empresario Gerardo Islas Maldonado y la actriz Sherlyn González; y en la segunda Mario Marín García, hijo del ex gobernador Mario Marín Torres, y la austriaca Nadja Ludne.
La ceremonia nupcial (civil) entre el dirigente estatal del Panal y la actriz de la empresa Televisa se llevó a cabo en Cancún, Quintana Roo, en el exclusivo hotel Nizuc Resort & Spa, en el Louge Punta Grill; en tanto, la boda (religiosa) de Mario Marín Jr. y Nadja Ludne en la Catedral de Puebla y fiesta en la ex Hacienda de San Agustín en Atlixco.
La boda de Gerardo y Sherlyn estuvo rodeada de estrellas de televisión.
Algunos de los presentes fueron Alejandro Basteri, amigo incondicional de Gerardo Islas; Mariana Gómez del Campo, Geraldine Bazán, Gabriel Soto; además, los empresarios Miguel Torruco y Miguel Verduzco.
Mientras tanto, la de Mario y Nadja fue asistida por familiares y por los pocos amigos políticos que le quedaron a la familia Marín luego de su polémico paso por el gobierno.
Ni los zetas (el grupo de Javier López Zavala), ni los Morales, ni los muchos otros ex funcionarios que se hicieron millonarios a costillas de Mario Marín asistieron a la boda.
Eso sí, en la fiesta estuvieron los delegados federales marinistas como Juan de Dios Bravo (Liconsa), Juan Manuel Vega Rayet (Sedesol), Mario Montero Serrano, ex funcionario estatal; Valentín Meneses Rojas, Francisco Ramos Montaño, Edgar Salomón Escorza (diputado local), por el consejero del IEE, Paul Monterrosas Román, Carlos Hernández Hernández, Martín Fuentes Morales, entre otros.
La boda de Gerardo y Sherlyn acaparó a la prensa del espectáculo y cámaras de televisión, en tanto que la de Mario Jr. y Nadja a los pocos reporteros poblanos que siguen sacando provecho a los Marín como nota sensacionalista.
Los primeros no tuvieron luna de miel y anunciaron su boda religiosa para octubre en Puebla, mientras que el ahora matrimonio Marín regresó a Europa.
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