La lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado en Puebla va en serio.
Ayer, mediante un par de operativos ejecutados en Puebla y Tlaxcala, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), encabezada por Omar García Harfuch, desmanteló dos narcolaboratorios.
Y aunque no hay que cantar victoria ni echar las campanas al vuelo tras el resultado de ambos operativos de la justicia federal, lo cierto es que estas acciones evidencian el cambio de estrategia que requieren los poblanos para lograr la paz y tranquilidad que tanto deseamos.
En ambas acciones se logró la detención de 14 personas con armas y drogas, y quienes están presuntamente vinculados al Cartel de Sinaloa de “El Mayito Flaco”, Ismael Zambadas Sicairos.
De acuerdo con la información difundida por la SSPC, ambos laboratorios estaban dedicados a la producción de cristal.
En los operativos participaron la Secretaría de Marina, la Agencia de Investigación Criminal de la Fiscalía General de la República, la Guardia Nacional, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, y la Secretaría de la Defensa Nacional.
Mediante las investigaciones y el trabajo de inteligencia se logró detectar la operación de un grupo delictivo vinculado con el trasiego de drogas, con presencia y operación en Puebla y Tlaxcala.
Uno de los operativos se realizó en calle Camino a la Calera, colonia San Cristóbal La Calera, de la ciudad de Puebla, donde se detuvo a 12 personas, y donde se aseguraron tres armas cortas, ocho cargadores abastecidos, un kilo de cristal, un kilo de polvo blanco, con características de la cocaína y 21 teléfonos celulares.
Mientras que en el fraccionamiento Haras del Bosque se detuvo a dos personas más, a quienes se les decomisó un arma corta y 700 gramos de cristal.
En Tlaxcala, el personal de seguridad federal aseguró dos narcolaboratorios más donde se realizaba la fabricación de al menos 400 kilos de cristal.
Sin embargo, insisto, estas acciones apenas son el inicio del combate que las autoridades federales, pero sobre todo las estatales, deben emprender para poder garantizar la seguridad, la salud, la paz y tranquilidad que requieren los ciudadanos.
Porque Puebla ha dejado de ser el estado en el que los hijos y/o la familia de los grandes capos de la droga se hospedaban con tranquilidad, y donde, por un pacto, no serían perseguidos ni por las autoridades ni por bandas rivales.
Según versiones de especialistas en la materia, Puebla estaba considerado por los carteles como un estado donde existía tregua para que sus familias pudieran vivir, visitar al médico, atenderse y hasta pasear a los niños. Aunque con el tiempo eso se acabó.
En el estado, lamentablemente, hasta apenas se ha priorizado el combate a la inseguridad, pues los gobiernos hicieron de lado esa responsabilidad para privilegiar quién sabe qué cosa.
Hoy por hoy, al parecer, tanto el gobierno que encabeza Alejandro Armenta Mier como el de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo están convencidos de que se tiene que combatir al crimen organizado.
Y Puebla, en particular, debe dejar de ser ya un refugio o un lugar donde el narco puede operar con libertad, generando inseguridad, caos, asesinatos y toda clase de persecuciones.
Habrá que recordar algunas de las detenciones que se realizaron en la entidad a integrantes o líderes de los carteles más importantes en México.
Algunos de ellos: Benjamín Arellano Félix (9 de marzo de 2002), líder del Cartel de Tijuana; Sergio Enrique Ruiz Tlapanco (9 de septiembre de 2009), alias “El Tlapa” o “El Z-44”, presunto fundador de “Los Zetas”; Sergio Enrique Villarreal Barragán, alias “El Grande” (12 de septiembre de 2010); Gonzalo Geresano Escribano, alias “El Z-18” (20 de noviembre de 2010) y presunto cofundador de “Los Zetas; William de Jesús Torres Solórzano, “El W” (23 de julio de 2012) y/o “El Comegusanos”, presunto responsable del trasiego de droga y dinero de Los Zetas entre Guatemala y la frontera norte de México, y colaborador cercano de Mauricio Cárdenas Guizar, (a) “El Amarillo”, presunto jefe de Los Zetas en la región sureste de México.
A esta lista se suma Daniel Fernández Domínguez, “El Pelacas” (febrero 2014), presunto integrante del Cartel de los Beltrán Leyva, y a quien se le atribuye el secuestro del panista Diego Fernández de Cevallos.
En un restaurante del municipio de Atlixco, también se logró la captura de Ángel Villalobos Arellano (28 de febrero de 2016), un líder criminal de la región de la Montaña de Guerrero, identificado como jefe de un grupo delictivo vinculado con la siembra y cosecha de amapola, así como al procesamiento de heroína en ese estado, fue detenido el pasado domingo por la Secretaría de Marina Armada de México, en un restaurante del municipio de Atlixco.
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