Un fenómeno político-electoral que permite entender el resultado de la encuesta más reciente -la de Mendoza Blanco y Asociados (MEBA)-, en relación al proceso electoral que se vive en Puebla y en particular a la próxima elección al gobierno del estado, tiene que ver con la percepción de los aspirantes.
Así es.
Porque el conocimiento que cada virtual candidato registra entre los ciudadanos podría permitirle, al final de las campañas, perder o ganar las elecciones.
Y el tema resulta harto interesante si analizamos que los comicios del primero de julio entrante serán una batalla cerrada, con final de fotografía.
Cruzada, desde luego, que ni Martha Erika Alonso Hidalgo, virtual candidata del PAN y de la alianza “Por México al Frente”; ni Enrique Doger Guerrero, próximo candidato del PRI, ni mucho menos Luis Miguel Barbosa Huerta, futuro abanderado de Morena, quieren perder por ningún motivo.
Es por ello que la percepción de la gente sobre cada uno de los abanderados resulta de suma importancia para poder pronosticar un resultado.
Porque una vez que el CEN del PAN destapó a Martha Erika Alonso como la abanderada panista se sintió un cierto reacomodo entre las fuerza partidistas locales.
Propios y extraños, incluso aquellos que vaticinaron la caída del morenovallismo en la próxima elección, se quedaron con el ojo cuadrado.
Y extrañamente empezaron a visualizar y a predecir el próximo triunfo de la abanderada
del PAN.
¿Por qué?
Muy sencillo, por un tema de percepción que la encuesta de MEBA vino a confirmar ayer.
Y son varios los factores que podrían combinarse para percibir que Martha Erika Alonso pudiera ganar los comicios a la gubernatura; uno de los más importantes, tal vez, es la estructura que posee el morenovallismo y el PAN tradicional.
Un ejército que junto ha resultado imbatible.
Porque aún no se observa ni nadie se explica cómo es que un solitario PRI podría arrebatarle al PAN y a sus aliados la gubernatura del estado.
Un PRI que participara solo en la elección local, sin un solo aliado.
Un PRI que no está en su mejor momento.
Un PRI fragmentado al que le cuesta mucho trabajo la unidad real.
Un PRI que lanzó al ruedo de la capital a un marinista de hueso colorado, Guillermo Deloya Cobián, quien está vinculado y relacionado directamente con el “gober precioso”, Mario Marín Torres.
Un PRI que parece un tanto agotado y cansado.
Por ello la percepción de un mentado arreglo, un entuerto y una elección negociada empezó a permear entre los ciudadanos de a pie, entre la clase política, entre la cúpula empresarial, entre la grey católica, entre el gremio informativo y entre el resto de los ciudadanos.
Una percepción maldita para el PRI que sólo parece beneficiar al grupo en el poder.
A pesar de ello, Enrique Doger ya prometió que ganará la próxima elección, muy por encima de todos los obstáculos y de todas las predicciones.
Y ojo porque tampoco ha perdido una sola batalla.
El agarrón con Martha Erika y Barbosa será a muerte.
Y aunque la ventaja la lleve la señora, por un tema de percepción y conocimiento entre la gente, Doger va a dar la batalla y se va a tirar a pelear a muerte.
Que lastima que el PRI se tardó mucho en perfilar y anunciar a su candidato.
Por ello, tal vez, el resultado de la encuesta de MEBA.
Un resultado, por cierto, que tiene una considerable ventaja de 17 puntos entre MEA y Barbosa, su competidor más cercano.
Eso sí, ni el PRI, ni Doger están muertos.
Seguro que ambos van a dar la batalla de su vida para intentar cambiar la percepción de la gente.
La apuesta de Doger es al “no continuismo”, ya veremos si le funciona.
Por lo pronto, el priista ya echó a andar su maquinaria y aceitó motores.
Ya juró que no va a quedar en tercer lugar como algunos se lo pronosticaron.
Vamos a ver qué sucede.
Porque el payaso llamado Juan Carlos Natale López, futuro candidato al gobierno por el Verde, sólo se prestaría a una farsa y a un evidente ridículo.
¿Quién podría creerle?
Lo interesante sería analizar si Natale podría restarle votos a alguien.
Porque la percepción y la imagen del legislador entre la gente sólo es la de un pelele.
Un palero del sistema, porque ya ni del Verde.
En twitter: @poncharelazo