Con el cambio en los gobiernos estatal y municipal en Puebla, a la sazón de los triunfos avasallantes del hoy gobernador electo, Alejandro Armenta Mier, y el edil capitalino, José Chedraui Budib, todo el tablero político local sufrirá una importante transformación.
Una metamorfosis que implica sendos cambios en el estilo de gobernar, de administrar los recursos públicos, de comunicar, de proyectar y cuidar el estado, así como de mantenerlo en paz y tranquilidad.
Esto incluye a todos los actores sociales, dígase políticos, empresarios, medios de comunicación, líderes educativos, religiosos, deportistas, agrupaciones LGBT y, en general, todos los ciudadanos.
Y la razón es muy sencilla: en la entidad se requieren cambios sustanciales para poder tomar, reencauzar y mejorar los destinos de Puebla y los poblanos.
Por ello, sin duda, el gobernador Alejandro Armenta impulsa y promueve la famosa reforma a la Ley Orgánica de la Administración Pública del Estado.
En lo que respecta a los medios de comunicación, en Puebla, hay que subrayarlo, se acabaron los periodistas que asaltan con una pluma, aquellos que del chantaje, la amenaza velada, la difamación, la mentira y la calumnia han hecho un modus operandi.
Ni en el Gobierno del estado ni en el municipio más importante del estado se va a permitir más el juego perverso de aquellos comunicadores que gustan de utilizar sus medios para cobrar favores o para denigrar políticos o personajes por encargo.
Y aquí es donde aplica el clásico aquel de “en Puebla, al que comete un delito se le llama delincuente”, ni más ni menos.
La pregunta es ¿lo entenderán todos los involucrados?
Porque en los últimos días se ha escuchado por radio pasillo, por las extrañas y difíciles aguas del periodismo, una voz que tira línea.
Una onda corta que trae uniformados a ciertos informadores que se empeñan en utilizar los viejos vicios para llenarse los bolsillos de dinero fácil.
¿Quién o quiénes serán esos periodistas temerarios?
Esos que malabarean y juegan al filo del abismo.
¿A quiénes habrán alcanzado los famosos cañonazos?
Por algo se atreven a molestar a los difuntos, a tildar de viudas a los exmorenovallistas y a empeñarse en señalar a los Gali y a otros actores políticos utilizando todo tipo de improperios.
El colmo es que citen en su encargo las ocurrencias y semejanzas con las que criticaba a sus detractores el padre de la única administración estatal que no hizo absolutamente nada en Puebla, la barbosista.
Y es que si algo hizo bien Luis Miguel Barbosa Huerta, fue enriquecer a un determinado grupo de colegas que se encargaron de defenderlo a cambio de jugosos convenios.
Acuerdos publicitarios que les dejaron lo que nunca imaginaron.
Y, como dicen, las dudas matan:
¿Qué harán ahora los tundeteclas que, desesperados, se han querido arrodillar para implorar perdón y tratar de evitar así la marginación en el próximo sexenio?
¿No han entendido que los tiempos cambiaron?
¿Cuántos agravios esconden en sus clósets, porque los afectados ya están formados para tomar venganza?
¿A poco creen que sus agraviados ya olvidaron todas las chingaderas que les hicieron y siguen haciendo por dinero?
¿En serio no se acuerdan?
Pues ojalá sí.
Y ojalá, también, se estén preparando.
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El “gobernador todoterreno”
El gobernador electo de Puebla, Alejandro Armenta Mier, fue sometido a una segunda operación en el tendón de Aquiles, la cual tuvo que realizarse debido al incansable trabajo que ha realizado desde la campaña a la fecha.
Esto, desde luego, reprimió un poco la recuperación necesaria en la lesión, ya que el gobernador electo no había parado desde que fue intervenido por primera vez.
Y es que la rotura del tendón de Aquiles requiere de entre cuatro y seis meses de recuperación para que se corrija en su totalidad, al paciente se le recomienda reposo absoluto y no apoyar el pie lastimado en el suelo, además de que se le coloca una órtesis tipo Walker.
Sin embargo, sabedor de su responsabilidad como gobernador, Alejandro Armenta nunca se detuvo, a pesar de la lesión, y hasta viajó a Europa y a Estados Unidos, por lo que requirió la segunda operación.
A la fecha, debido a que es un hombre deportista y conocedor de lo que las lesiones implican, ha decidido mantenerse conservador en su encargo, por lo que solo acude a reuniones privadas para acatar las recomendaciones e indicaciones de los doctores.
Esto permitirá tener una mejor y más pronta recuperación en el talón lastimado, por lo que de seguir así, en pocas semanas estará listo para llegar al 14 de diciembre a rendir protesta a su cargo y tomar el control total del estado.
El gobernador Armenta se mantiene atento a los acontecimientos, a las prioridades en su gobierno, a la revisión de su proyecto, a sus detalles y al trabajo que realiza todo su equipo en cada área.
Ya es, sin duda, en Puebla “el gobernador todoterreno”.
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