No fue un gancho al hígado, fue un derechazo directo al poder informal que durante años se apoderó de una de las zonas más importantes de Puebla: la de los estadios. Y el golpe no vino de un operativo encubierto o de una promesa más que se lleva el viento. Vino desde el ring… y desde las canchas. Esta vez, el Gobierno estatal cambió el lenguaje del conflicto por el del deporte y la salud.
La decisión del gobernador Alejandro Armenta Mier de rehabilitar la zona del estadio Cuauhtémoc y alrededores, convirtiendo sus estacionamientos en espacios deportivos, es más que una acción de urbanismo funcional: es una jugada política de precisión quirúrgica. Y sí, también es un mensaje claro a la organización 28 de Octubre, que durante años controló ese territorio con mano dura, pero sin orden ni ley.
Armenta, acompañado de la campeona Gabriela “La Bonita” Sánchez, lo dejó claro en plena clase de box en el zócalo: el espacio es del pueblo, y el deporte será el nuevo árbitro del orden público. Nada más simbólico. Mientras Gabriela defendía su cinturón del CMB ante miles de poblanos, los estacionamientos del estadio colapsaban… pero no por caos, sino por una demanda inédita: por primera vez, eran gratuitos. ¿Resultado? Más gente, más entusiasmo… y más necesidad de seguridad.
Por eso se anunció que no solo habrá vigilancia permanente con fuerzas estatales, municipales y federales, sino que también se instalará una torreta fija de seguridad, como parte de las diez que llegarán en próximos días. El mensaje es contundente: aquí se acabó la anarquía de los franeleros y se acabaron los cobros arbitrarios.
¿Y qué viene ahora? Canchas. Muchas. De básquetbol, vóleibol, tenis. Espacios para que los días sin partidos del Club Puebla o de los Pericos, las familias puedan activarse, convivir y apropiarse del espacio que alguna vez les fue arrebatado. Armenta lo sintetizó así: “no estamos en contra de nadie, pero estamos a favor del orden”. Una frase que, aunque suena diplomática, tiene filo y dirección.
Lo interesante es cómo este movimiento se da en sincronía con la estrategia nacional de la presidenta Claudia Sheinbaum, quien ha colocado la salud preventiva y el deporte comunitario como pilares de su administración. No por nada, el gobernador ya le extendió la invitación para que encabece los festejos del 5 de Mayo en Puebla. Todo indica que será una visita con doble simbolismo: histórico y político.
Hoy, la llamada “zona de estadios” ya no es territorio de nadie. Es, otra vez, territorio público. Y el Gobierno estatal no necesitó toletes ni confrontación directa: usó el deporte como táctica y la salud como estrategia. Puso a La 28 en la lona, no con golpes bajos, sino con reglas nuevas y un ring abierto para todos. Porque esta vez, quien se quiera subir, debe jugar limpio.