En el sistema neoliberal, que ha sido desmantelado con la cuarta transformación (4T), los equipos gubernamentales se llenaron de tecnócratas, que tenían las paredes tapizadas de diplomas de universidades extranjeras, pero que jamás en su vida habían caminado las calles, andado los surcos, visitado los pueblos, explorado las ciudades o convivido con las comunidades; menos aún, conocían a las personas, sus necesidades y sus anhelos.
El resultado fueron 30 años de recetas infructuosas que lo único que lograron fue agudizar la pobreza, exacerbar los conflictos sociales y acrecentar la inseguridad.
El desmantelamiento del Estado neoliberal ha sido una de las premisas de la 4T a nivel federal y en las entidades en que gobierna.
Esas metas están buscando los nombramientos de los gabinetes de la virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum Pardo, y los que este lunes comenzó a hacer el gobernador electo de Puebla, Alejandro Armenta.
Se acabaron los harvardboys, con sueldos estratosféricos, igual que su ineficiencia, y los tecnócratas de escritorio, que trazaban soluciones irreales, desde los restaurantes de lujo, con guardaespaldas armados y camionetas de lujo a la puerta.
Veamos el caso del gabinete, que pondera eficiencia y lealtad, y que comenzó a anunciar Alejandro Armenta.
En la Secretaría de Desarrollo Rural (SDR) nombró a Ana Laura Altamirano Pérez, quien ya ocupó durante casi cinco años ese cargo, con los resultados más eficientes para el campo poblano, en la historia de la entidad.
Ella tendrá que rendir protesta como diputada local el 15 de septiembre y luego, en diciembre, solicitará licencia para ir al gabinete armentista.
Tiene sobrada experiencia en el tema, una larga cadena de resultados positivos y tangibles, y su capacitación profesional y preparación académica son de altísima relevancia.
Es poblana y egresada de la Universidad Autónoma Chapingo (UACh), además de que ideológicamente es una lopezobradorista de cepa, que conoce la lucha en la primera trinchera, pues fue una de las entusiastas jóvenes que acompañaron al hoy presidente de la República, cuando debió defender el triunfo que en 2006 le fue arrebatado por el fraude electoral.
Para la Secretaría de Gobernación, Alejandro Armenta se decidió por Samuel Aguilar Pala, un nombre formado, literalmente, con los pies en la tierra, que ha caminado todos los pueblos y las comunidades del estado y que conoce, no solamente los caminos y las veredas, sino también a la gente, sus necesidades y sus anhelos.
De sobra está decir que es un armentista de origen y de lealtad comprobada a lo largo de muchas décadas, al lado del hoy gobernador electo.
Posiblemente, su lado menos conocido es que “el profe Pala”, como lo llaman muchos con cariño, es un formador de cuadros en el equipo de Armenta y hoy en la 4T.
Tiene en su privilegiada memoria cotidiana, de tanto haber andado entre la gente y en las comunidades, el mapa social de Puebla. Nada más y nada menos.
En tanto, en la Secretaría de Bienestar, estará Javier Aquino Limón, quien actualmente se desempeña como titular de Gobernación en la administración del gobernador Sergio Salomónc Céspedes.
Él también puede considerarse un cuadro original en el equipo de Alejandro Armenta, aunque en tiempos recientes tuvieron caminos distintos, pero no distanciados, con muchos años de conocerlo y de dar resultados.
La sensibilidad es una cualidad que distingue a Aquino, además de experiencia y capacidades.
En el cuarto nombramiento que se realizó este lunes, aparece Apolinaria Martínez, quien será titular del Instituto Poblano de Pueblos Indígenas. Ella tiene suficiente experiencia en este rubro y también en instituciones gubernamentales, principalmente de la Sierra Negra. Se trata de alguien que es leal al equipo de Armenta y que ha comprobado eficiencia en sus labores anteriores.
Se trata de personas con experiencia, sensibilidad y capacidades, además de lealtad al gobernador electo y al proyecto de la 4T.
Esta descripción debe verse como ausente de lisonjas. Si los cuatro futuros funcionarios tienen esas calificaciones es porque sus trayectorias los avalan.
Eso lo está aplaudiendo mucha gente. Los conoce, los reconoce y festeja su llegada a esos cargos.
También, en el eje del porqué de estos nombramientos, no debe pasarse por alto el nuevo proyecto de gobierno.
No más tecnócratas, no más harvardboys ineficientes y frívolos, sino profesionales leales, capaces y con eficiencia probada.
Son, afortunadamente, otros tiempos.