A ver, a ver. Detengamos todo. La noticia es de esas que hacen que el godín turístico de cada poblano se ponga de pie y aplauda con fervor. Puebla será la sede del Tianguis Turístico de México en 2027.
La secretaria de Desarrollo Turístico, Carla López-Malo, lo confirmó emocionada desde Parque Sendela: la capital recibirá a cientos de expositores, compradores y visitantes nacionales e internacionales para la edición 51 del magno evento.
“Puebla lo tiene todo: historia, sabor, arquitectura, talento y hospitalidad”, dijo la funcionaria. Y sí, tiene razón. Pero la pregunta del millón, la que no podemos dejar de hacer en esta columna, es: ¿vamos a mostrar ese “todo”, o solo el show de siempre?
La Oportunidad de ORO (y la Responsabilidad, de PLATINO)
El Tianguis Turístico no es cualquier cosa. Es la fiesta del turismo mexicano. Es el lugar donde se cierran los negocios que pondrán a Puebla en los folletos de las agencias y en los itinerarios de esos viajeros exigentes que buscan algo más que sol y playa.
La derrama económica será brutal, obvio. Hoteles llenos, restaurantes saturados, taxis trabajando a tope. Es un inyectable de adrenalina para el sector.
Esperemos también que para ese entonces los baches no sean un dolor de cabeza, como lo siguen siendo hasta ahora para millones de poblanos.
Pero la euforia del anuncio debe venir acompañada de una dosis de realismo crudo. Tenemos dos años. Dos años para ir más allá del discurso político de que “Puebla lo tiene todo” y demostrarlo con una operación impecable.
Ya algún compañero periodista de turismo había criticado el evento por ser solo una gran pasarela de turismo, en la que funcionarios se juntaban para lucirse y hacer que trabajaban, pero solo fiesteaban “…donde miles de compradores y expositores se reúnen para ligarse a la secretaría, chupar a costa del erario, cortar listones, tomarse la foto y –por supuesto– si se acuerdan… hacer negocios…” (Jesús Alonso, Travel Report).
Y, como bien dijo, ser sede de un evento tan importante, además, implica grandes gastos y contar con la infraestructura hotelera, vial y de conectividad. Tres cualidades que a Puebla le sobran, pero lo que a mí me parecería fundamental sería demostrar qué más tenemos, porque Puebla no solo es la capital, su hermoso Centro Histórico, miles de iglesias e imponente arquitectura; tenemos una megadiversidad de experiencias de naturaleza, aventura y rurales que los visitantes deberían conocer.
Es fundamental que los agentes de diferentes estados puedan conocer en esa semana alguna experiencia integral en nuestros doce Pueblos Mágicos. Porque la exigencia del viajero actual es esa, buscar no solo destinos, sino experiencias, y para dejar de ser un destino considerado “de paso”, como lo ha repetido la secretaria de Desarrollo Turístico, Carla López-Malo.
La gente de otros estados debe conocer nuestras rutas cafeteras, mezcaleras, de las berries, a los voladores de Cuetzalan, la sidra de Zacatlán, la cecina de Atlixco, las esferas de Chignahuapan, el Cerro Cabezón de Tlatlauquitepec y sus actividades extremas, la Ruta de la Niebla y el Bosque de Bambú de Teziutlán, los ranchos de lavanda de San Martín Texmelucan y la infinidad de experiencias que ofrece nuestro hermoso estado.
Cuidado con el “Efecto Maquillaje”
Asimismo, me preocupa, y lo digo sin medias tintas, que nos enfoquemos en el “efecto maquillaje”: pintar fachadas, barrer las calles del Centro Histórico y pulir los recintos, mientras que las verdaderas fallas de nuestro turismo siguen ahí.
La secretaria López-Malo señaló algo clave: “los protagonistas son nuestros artesanos, nuestras cocineras, nuestros productores.” ¡Exacto! ¿Pero cuántos de ellos tienen hoy acceso real a los grandes circuitos de hospedaje? ¿Cuántas comunidades de la Sierra Negra o de la Mixteca –que hacen ese turismo comunitario que tanto hemos defendido aquí– están realmente preparadas para cerrar negocios con compradores de otros estados?
Si el Tianguis solo beneficia a la hotelería de gran cadena y a los restaurantes de mantelería larga, habremos fallado. La gran responsabilidad de este Gobierno no es solo traer el evento, sino garantizar que la inclusión y la capacitación sean la prioridad número uno. Necesitamos que los artesanos de talavera, piedra volcánica, telares de cintura, las cocineras del chile en nogada o del mole poblano sean socios de negocio, no solo la foto pintoresca para el welcome kit.
Un Reto que Va Más Allá de la Logística
Traer un Tianguis es un reto logístico. Pero el verdadero desafío es cambiar el chip. Es entender que la hospitalidad poblana no es solo sonreír, sino tener la infraestructura, el transporte y la seguridad para que un visitante que viene a gastar su dinero aquí se sienta tranquilo.
Si la historia en Puebla se cuenta diferente, como afirma la secretaria, que sea porque la contaron los protagonistas reales que están en el campo y en la cocina, y no solo los funcionarios en un comunicado de prensa.
La promesa es vivir una experiencia. Esperemos que esa experiencia sea tan inolvidable para el visitante internacional como para la comunidad poblana que, por fin, vea los beneficios de ser la sede.
Creo firmemente que el Tianguis Turístico 2027 enaltecerá a Puebla como sede, pero esperemos los compradores e invitados puedan conocer más allá de Puebla capital.
In Carlita López Malo we trust.




