En el marco de sus primeros 220 días de administración, el gobernador Alejandro Armenta Mier sostuvo una de sus reuniones más largas, directas y afables con dueños, directores y columnistas de medios de comunicación en Puebla.
Al mandatario estatal se le vio tranquilo, relajado, sonriente y muy a gusto, saludando de mano en mano a cada uno de los invitados, quienes se retrataron y hasta bromearon con el verdadero gobernador poblano.
Y es que sí, ayer en el anexo de Casa Puebla, antigua residencia del mandatario en turno, los medios pudieron observar la franca personalidad de Alejandro Armenta, el político con más de 35 años de trabajo en el servicio público.
No se vio a un funcionario con pose, ni con modismos de un clásico gobernante del pasado, mucho menos al gobernador tenso y presionado que aparece en la mañanera; por fin, Armenta deshojó la margarita y se mostró tal cual es, directo, dicharachero, bromista, realista, con un perfil de estadista, sensible, amable y abierto.
El gobernador explicó que los primeros días de su gobierno fueron complicados por distintas razones, por la planeación, por el rezago en que se encontraba el estado, por la grave inseguridad, tema prioritario en su gestión, y por la ingobernabilidad que agobiaba a los poblanos.
Sin embargo, el mandatario le entró al toro por los cuernos y abordó los temas más sensibles y delicados de lo que hoy es su Plan Estatal de Desarrollo.
No dudó en reconocer que tomó una administración con muchas deficiencias por las circunstancias políticas y sociales de años anteriores, los cuales mantuvieron a Puebla sumido en una difícil situación.
De hecho, reconoció que la inseguridad en Puebla es grave por la presencia del crimen organizado, al que se le está atacando y contrarrestando con inteligencia y con el apoyo de las Fuerzas Armadas, particularmente de la Marina.
Aprovechó el momento para destacar el trabajo del secretario de Seguridad Pública, el vicealmirante Francisco Sánchez González, a quien recomendó la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, y quien goza de toda su confianza.
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Sentenció que él no quiere ser el gobernador que más personas encarcele, sino más bien el que haga valer la ley y el Estado de derecho.
El gobernador Armenta ofreció su discurso tras haber saboreado un buen plato de mole poblano, agua de jamaica y uno que otro mezcalito, acompañado de algunos integrantes de su gabinete, como la secretaria de Turismo, Carla López-Malo Villalón; por la titular de la Fiscalía, Idamis Pastor Betancourt; por la presidenta del Congreso del estado, Laura Artemisa García Chávez, entre otros.
Adelantó que es muy probable que sí realice ajustes en su gabinete luego de su primer informe, aunque serán mínimos.
Reconoció el trabajo de los medios de comunicación poblanos, con quienes lleva muchos años conviviendo, y a quienes lleva mucho tiempo leyendo. De hecho, les dijo: “ustedes saben qué había pasado antes en Puebla, porque todo lo escribieron y me enteré por ustedes”.
En ese sentido, advirtió que continuará con la depuración de la administración, la cual sentenció fue infiltrada por el crimen organizado.
Alejandro Armenta evitó criticar o fustigar a sus antecesores, incluso dijo que tampoco las obras, como el Museo Internacional del Barroco (MIB), son malas, pues señaló que podría o querría hacer una igual, pero él tiene otro método.
Además, mostró su expertise como un animal político maduro, hecho y derecho, pues a pregunta expresa de la periodista Yazmin Curiel, se descartó como un aspirante presidencial por respeto a la investidura de Claudia Sheinbaum.
Agregó que al finalizar su gestión como gobernador en Puebla le gustaría incursionar en la academia, porque los cargos desgastan y él lo que quiere es tranquilidad.
De hecho, sostuvo que está disfrutando la gubernatura “porque para mí, esta es la grande, y estoy dando mi resto”, refirió.
El gobernador Armenta resaltó que en lo que va de su gobierno ha logrado la disminución en la incidencia de 13 delitos graves: desaparición de personas, 6% a la baja; abuso sexual, 0.4% menos; robo a transportistas, 24.5% menos; robo con violencia a transportistas, menos 24.5 por ciento.
Asimismo, menos un 18.4% en robo de vehículos; robo a transeúnte, menos 18.9%; robo con violencia, menos el 17.4%; robo a casa habitación menos 12.8%; robo a negocio, menos 3.2%; robo a bancos, menos 40%; homicidio doloso, 6.9% menos; feminicidios, 40% menos, y trata de personas, 55.9% menos.
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