Mal, muy mal se ve el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, al lavarse las manos y no garantizar el libre tránsito en la autopista México – Puebla, debido a que lo único que demuestra es debilidad política.
La obligación de López Obrador es encontrar soluciones a los problemas de este país y durante más de 30 horas decenas de personas quedaron atrapadas en la autopista México – Puebla, por culpa de los ejidatarios de Santa Rita Tlahuapan.
Se equivoca López Obrador al ofrecer “una disculpa” a los transportistas y automovilistas que llevan muchas horas sin comer, sin bañarse, sin un lugar digno para atender sus necesidades fisiológicas.
No todo es regalar dinero señor presidente.
Los mexicanos necesitamos un presidente fuerte, un presidente que tome decisiones y no que dé la espalda a un bloqueo que afecta a miles de personas.
Es una vergüenza tener un presidente como AMLO incapaz de garantizar la libertad de tránsito y, sobre todo, sacar a las personas que quedaron atrapadas por el bloqueo.
Con respecto a los ejidatarios de Santa Rita Tlahuapan, mejor que busquen a su líder un tal señor Guadalupe “N”, quien recibió un cheque por 176 millones de pesos en el 2018 y que desapareció con el dinero.
Si los engañaron ese es su problema, la gente atrapada en la autopista no tiene la culpa.
Lamentablemente la debilidad de AMLO les permitió secuestrar la principal vialidad del centro del país con toda impunidad.
Y lo peor es que la van a volver a cerrar las veces que quieran, cuando quieran y por lo que quieran.
El Gobierno de la llamada Cuarta Transformación es una vergüenza porque no defiende los intereses de la mayoría de los mexicanos.
Y lo peor es que viene “el segundo piso”.
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