Mucho cuidado y precaución debe tener el presidente municipal de Puebla, Eduardo Rivera Pérez, con algunos funcionarios de su gabinete, quienes ocupan cargos importantes relacionados con la ejecución de los recursos públicos, municipales, estatales y federales.
Y es que, como dice el dicho: “Caras vemos, corazones no sabemos”.
Sería bueno, incluso, que el edil capitalino hiciera una revisión minuciosa del trabajo realizado por algunos de sus funcionarios, particularmente, de los que gozan de cargos medianos, como direcciones, subdirecciones, entre otros; los cuales, comúnmente, no están en la mira de la opinión pública, de los medios y de las autoridades fiscalizadoras del estado.
Sobre todo, porque nunca falta el que se aprovecha de que su función y cargo son discretos o de confianza para abusar de la amistad que se le brindó al momento de compartirles el poder.
Nadie, sin duda, está exento de la traición.
El edil capitalino, debe mantener vigilados y fiscalizados a sus empleados, quienes hacen cosas extrañas que pudieran ponerlo en jaque y que pudieran, también, derivar en eso, en una felonía.
En ese sentido, entre algunas áreas que deben permanecer en la mira de Eduardo Rivera, está la Secretaría de Desarrollo Urbano y Obras Públicas, encabezada por José Felipe Velázquez Gutiérrez, quien tendría que ofrecer muchas explicaciones por las torpes o extrañas acciones de sus subordinados, particularmente de Miguel Ángel Macip Molina, director de Obras Públicas y Servicios; así como de José de Jesús Guillermo Cortés Rojas, director de Contabilidad de la Tesorería, quienes podrían meterlo en serios problemas por los graves errores cometidos en su trabajo.
Y más cuando los malos trabajos en la citada dependencia pudieran poner en duda la pulcritud con que se gobierna en el municipio.
Resulta que alguien de aquella dependencia pudiera estar favoreciendo los intereses de particulares en la designación de obra pública a espaldas del edil poblano.
La empresa, Grupo Constructor Ariana SA de CV, sorprendentemente, se ha visto beneficiada en la asignación de obra pública, a pesar de haber presentado serias irregularidades en la ejecución de trabajos grandes aterrizados en la capital.
Esta firma, es una empresa que está representada por Gastón Antonio Mayorga Acevedo, quien aparece como administrador único en los contratos que ha logrado firmar con las autoridades municipales para construir espacios públicos.
Grupo Constructor Ariana, trabaja en el ayuntamiento de Puebla desde la administración pasada, en el trienio de Blanca Alcalá Ruiz, hoy senadora electa del PRI por Puebla, y con quien acordó la realización de diversas obras a través de la entonces Secretaría de Gestión Urbana y Obra Pública para el Desarrollo Sustentable, encabezada por Jorge Antonio Rodríguez y Morgado.
Dicen las malas lenguas, incluso, que la empresa fue apapachada por el gobierno municipal pasado debido a que es totalmente priista. Y así lo demuestran las copias de diversos contratos en poder de quien esto escribe.
Y quién sabe cómo, pero la empresa señalada logró adjudicarse -en 2011- un paquete de obras robusto, dicen, gracias a la “buena voluntad” de alguien, a quien las malas lenguas adjudican su gran suerte de permanecer trabajando en la actual administración municipal.
Los trabajos fueron otorgados el año pasado, y son: La construcción de pavimento de concreto asfáltico de la calle 16 “A” Sur, entre la privada de la 91 Oriente y la privada 87 “A” Oriente de la colonia Granjas de San Isidro (agosto), así como la construcción del pavimento de concreto asfáltico, ubicado en la calle Bugambilias, entre calle Villa del Cerro y calle Las Flores (septiembre).
Otras obras fueron la construcción de pavimento de concreto asfáltico, guarniciones y banquetas, ubicadas en la calle Valle de Santiago, entre Avenida Xonacatepec y Barranca de la Colonia del Valle (noviembre); una más, fue la construcción de pavimento de concreto asfáltico, guarniciones y banquetas, ubicadas en la calle Hierro, entre Titanio y calle Uranio, de la colonia Minerales de Guadalupe Sur (noviembre).
Sin embargo, al parecer, el Grupo Constructor Ariana SA de CV, provocó que la Comuna fuese observada por la Secretaría de la Contraloría del Estado debido a un supuesto mal manejo de recursos federales del Ramo 20, correspondiente al Programa HÁBITAT, de Desarrollo Social, ejercicio presupuestal 2010.
La Contraloría, a través de la Subsecretaría de Auditoría y Fiscalización, de la Coordinación General de Auditorías y Fiscalización a Fondos Federales y Estatales, así como de la Dirección de Auditoría y Fiscalización a Programas de Inversión, emitió 5 observaciones como resultado de la auditoría a 27 obras ejecutadas, correspondientes a este rubro.
Las observaciones son las siguientes:
1. Deficiente integración del expediente.
2. Incumplimiento en la elaboración, uso y requisitado de bitácora electrónica de obras públicas.
3. Pagos en exceso por 431 mil 510 pesos (Fed: $ 192,875; Est. $14, 680; Mpal $ 223,954).
4. Deficiencias técnicas constructivas cuantificables por $ 403 mil 844 pesos (Fed: $ 192,875; Est: $ 14, 680; Mpal: $ 223, 954).
5. Pagos improcedentes por precios unitarios fuera de mercado por 975 mil 951 pesos (Fed: $ 287, 710; Est: $ 41, 770; Mpal: $646, 470).
La cantidad total observada fue de un millón, 811 mil 305 pesos, a una muestra de 27 obras que sumaron un total de 69 millones, 630 mil 709 pesos.
La recomendación de la Contraloría estatal ante estos hechos, fue justificar los gastos y procedimientos para la ejecución del citado programa federal. El tema, parece, siguió su curso.
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