El arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa, lanzó un nuevo llamado urgente ante el incremento de la violencia en México, al advertir que los hechos delictivos están “robando la paz” a las familias y fracturando el tejido social. Durante la misa dominical celebrada en la Catedral poblana, el prelado expresó su preocupación por el ambiente de inseguridad que se vive tanto en el país como en el estado.
“El clima de violencia amenaza con robarnos la paz; la pérdida de valores, la cultura de la muerte con múltiples expresiones, la polarización social, la crisis económica, la carestía de la vida; son amenazas crecientes, a veces pareciera que todo está perdido y que el mal está venciendo al bien”, afirmó ante cientos de fieles.
Sánchez Espinosa subrayó que no se trata solo de percepción, sino de una realidad marcada por homicidios, desapariciones y actos de crueldad que se han vuelto cotidianos. “Las autoridades han informado que es más la percepción, pero las personas manifiestan que es más la realidad que la percepción”, señaló, al tiempo de reconocer que en México y en el mundo “se están viviendo tiempos difíciles, de tribulación”.
Pide reforzar la seguridad y atender las causas de la violencia
El arzobispo también condenó los recientes hechos delictivos que han cobrado vidas, incluyendo las de sacerdotes y agentes de pastoral. De manera especial, pidió por el descanso eterno del sacerdote Ernesto Baltazar Hernández Vilchis, de 43 años, desaparecido el 31 de octubre y cuyo cuerpo fue localizado el 12 de noviembre en un canal de aguas negras en Nextlalpan, Estado de México.
De acuerdo con la Fiscalía mexiquense, el sacerdote habría sido asesinado con un objeto punzocortante en un domicilio de Tultitlán. Su cuerpo fue envuelto en bolsas negras, atado a un sillón y arrojado al canal conocido como “La Compañía”. Por el crimen, dos personas —María Fernanda N. y Brandon Jonathan N.— ya fueron vinculadas a proceso por desaparición y homicidio calificado.
El prelado expresó su cercanía con la familia del sacerdote y con la comunidad católica que sufre estos hechos. “La violencia está dejando dolor, miedo y desintegración en las familias”, advirtió.
Además, hizo un llamado a los tres niveles de gobierno a redoblar esfuerzos en materia de seguridad, fortalecer estrategias de prevención y construir políticas públicas de largo plazo que atiendan las causas estructurales de la violencia: pobreza, desigualdad, desintegración familiar y falta de oportunidades.
“Ser constructores de paz”: llamado a la sociedad
Sánchez Espinosa exhortó a los católicos y a la sociedad en general a no caer en la indiferencia y a asumir un compromiso activo en la reconstrucción de la paz desde la vida cotidiana, mediante la justicia, el perdón y la reconciliación. Indicó que los creyentes deben ser “constructores de una sociedad en donde estos hechos no tengan lugar”.
Afirmó que normalizar la violencia sería un error: “no podemos acostumbrarnos a escuchar diariamente noticias de homicidios, desapariciones y actos de crueldad”.
Oración por la comunidad sorda y participación de ACAN
En el marco del Día del Sordo, que se conmemora el 28 de noviembre, el arzobispo pidió de manera especial por la comunidad sorda que acude cada domingo a la Catedral. “Te pedimos por la comunidad sorda, por todos ellos, que están aquí”, expresó ante los asistentes.
La misa contó también con la participación del grupo ACAN (Acción Católica de Adolescentes y Niños), procedentes de todas las zonas pastorales de la Arquidiócesis, cuya presencia el prelado destacó como un signo de esperanza.
Presencia de sacerdote DJ en la Catedral
Durante la celebración, Sánchez Espinosa dio la bienvenida al sacerdote portugués Guilherme Peixoto, conocido internacionalmente por su labor de evangelización a través de la música electrónica y por su participación en el festival Dreamfields, realizado en la Zona de Los Fuertes.
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Al concluir la Eucaristía, el arzobispo reiteró su llamado a la oración por las víctimas de la violencia, por quienes trabajan en materia de seguridad y justicia, y por las familias afectadas. Invitó a la comunidad a trabajar desde los hogares, escuelas y parroquias para avanzar hacia un México y un Puebla “más seguros, solidarios y reconciliados”.



