Cada 12 de diciembre, familias enteras asisten a los principales templos dedicados a la Virgen de Guadalupe, presentando a los más pequeños del hogar con vestimentas de Juan Diego y en el caso de las niñas, con faldas y rebozo, pagando hasta 450 pesos por las ropas típicas, con el fin de cumplir con una promesa.
Lo más representativo, es la indumentaria de los varones, la cual se compone por una pantalón y una camisa de manta, un gabán tricolor o blanco con la imagen de la “Morenita del Tepeyac”, un ceñidor para la cintura, sombrero, canastilla y huaraches.
En entrevista para Reto Diario, Lorenzo Sánchez, padre de familia, explicó que para este año gastó entre 200 y 350 pesos, por todo el conjunto, más los accesorios de su bebé; sin embargo, dijo que el costó incrementa de acuerdo a la talla en que se elija.
Para él, es una tradición venir acompañado de sus seres queridos al Seminario Palafoxiano, donde acude a misa para agradecer por un año más y como un “acto de fe”, presenta a su hijo ante el altar para inculcarle la religión católica.
En el caso de la señora María Guadalupe Ortiz, quien celebra su cumpleaños junto al de la imagen mariana, trae a sus nietos caracterizados, uno como Juan Diego, en honor al hombre que fue el primer creyente, comentó, y una niña vestida de “indita” pagó uhn total de 850 pesos, pues cada traje tuvo un costo de 350 a 450 pesos.
Acuden a la Virgen por concederles milagros
Desde Xicotepec de Juárez, Alicia Palomino Sevilla compartió que es la primera vez que visita el Seminario Palafoxiano, pues tras haber pasado por un embarazo difícil, que puso en riesgo a su hija, prometió que este año asistiría a darle gracias a la virgen.
No obstante, quiso que la vestimenta fuera representativa de la región de la cual es originaria, por lo que decidió ponerle una falda con una blusa bordada a mano, un quexquémitl, rebozo, huaraches y dos trenzas.
¿Qué significa vestir a los niños con ropa guadalupana?
Según los feligreses, las niñas vestidas de indígenas simbolizan la inocencia, transparencia y rectitud, mientras que los niños, como Juan Diego, aporta el valor de la santidad a la cultura indígena, aunque muchas familias lo hacen por una promesa, luego de haberles concedido algún “milagro”.
Dicha tradición, se remonta desde hace 492 años, cuando en 1531 se apareció por primera vez la Virgen de Guadalupe ante el chichimeca Juan Diego, a quien se le instruyó edificar una capilla para venerarla y llevar el mensaje hacia otros pobladores.