Un promedio de 5 pesos ganan los vendedores de piñatas en los diferentes establecimientos y mercados donde se comercializan, pero la venta por volumen es lo que realmente importa en la temporada navideña para los vendedores y fabricantes.
Reto Diario realizó un recorrido por el mercado de la Acocota para conocer los precios y cuáles son las piñatas que mayor demanda tienen con el consumidor final.
La señora Gallegos del local 961 informó que durante las fiestas decembrinas, las piñatas tradicionales de 5 y 7 picos son las de mayor venta.
Estas piezas tienen un costo de 40 pesos y de 55 pesos la de 7 picos fabricadas con papel periódico.
Las de barro que ya son muy pocas, alcanzan los 65 pesos, y 50 pesos las de 7 y 5 picos, respectivamente.
“La razón por la cual ya no se venden como antes las piñatas de barro es por los accidentes que se ocasionaban cuando las rompen; los niños son los más vulnerables pues se pueden cortar o les pueden caer en la cabeza o se pueden cortar cuando todos se avientan por los dulces de la piñata”, explicó la señora gallegos.
A diferencia de las piñatas elaboradas en cartón y papel periódico con figuras de súper héroes o princesas y personajes de películas infantiles, se venden durante todo el año para fiestas infantiles pero las que dominan la demanda son las tradicionales en diciembre con forma de estrella.
Para poder rellenar la piñata con dulces moderadamente baratos, se requiere de una inversión aproximada de 120 pesos para disfrutar el momento de su ruptura durante las tradicionales posadas.
Origen de las piñatas
El significado de la piñata tiene su origen en la época de la colonia, en la cual los frailes evangelizadores la utilizaban para que los originarios de México comprendieran el significado de bien y del mal en la nueva religión que estaban enseñando, y así la piñata se convirtió en la representación del demonio quien se viste de alegres colores para cautivar al hombre y que ceda a la tentación, por lo que cada pico representa a los siete pecados capitales: soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia y pereza. El relleno de la piñata representa la gracia y el amor de Dios, y por eso el objetivo es romper la piñata y obtener los dulces y frutas que están dentro de ella.
Pegarle a la piñata con los ojos vendados representa la fe, virtud que nos permite creer sin tener que ver. El palo con el que se le pega a la piñata representa a la fuerza de la virtud que rompe con los falsos y engañosos deleites del mundo.
Se cree que las posadas se originaron en el pueblo de San Agustín Acolman, a un lado de las pirámides de Teotihuacan, lugar sagrado de la Mesoamérica indígena. Según las investigaciones de Sebastián Verti, apoyado en las investigaciones de Germán Andrade Labastida, los aztecas celebraban con toda pompa el nacimiento de Huitzilopochtli, y esta ceremonia era precisamente en la época de Navidad; por la noche y al día siguiente había fiesta en todas las casas, donde se obsequiaba a los invitados suculenta comida y unas estatuitas o ídolos pequeños hechos con una pasta comestible llamada tzóatl, hecha de maíz azul, tostado y molido, mezclado con miel negra de maguey.