La Quinta Columnas por Mario Alberto Mejía
Para ser “Bronco” hay que parecerlo.
¿Cuál de los precandidatos poblanos podría hablar con la claridad con la que ha venido hablando Jaime Rodríguez, gobernador de Nuevo León? Más allá de que sea un fanfarrón probado y que carezca de estudios y de un discurso bien estructurado, “El Bronco” no ha tenido empacho en exhibir públicamente las corruptelas de los últimos gobiernos priistas.
El fin de semana lo hizo ante Miguel Ángel Osorio Chong, secretario de Gobernación, y el mismísimo Rodrigo Medina, convertido, además de ex gobernador, en el hazmerreir de la ceremonia de toma de posesión.
Otros testigos fueron algunos de los más recientes gobernadores.
A todos ellos, sin excepción, “El Bronco” los ridiculizó con un discurso de barrio que las galerías celebraron.
Por eso la duda mata: ¿Cuál de los sedicentes “Broncos” poblanos podría atreverse a hablar de esa manera? Los que más se atreven lanzan piedritas al paso de la caravana.
Piedritas que se vuelven rosas.
Y no lo hacen por falta de coraje, sino porque sus cuentas públicas no resistirían el menor asomo.
Algunos de estos “Broncos” locales son más vulnerables que López Dóriga ante los señalamientos de extorsión.
Por eso no se atreven a increpar de a de veras.
“El Bronco” lo hizo y lo sigue haciendo porque es evidente que a su paso por la administración pública en su calidad de alcalde no generó quebrantos ni se enriqueció asquerosamente como sí lo han hechos valga la paradoja nuestros “Bronquitos” de medio centavo.
¿Se imagina el hipócrita lector a Eduardo Rivera Pérez con su onerosa residencia a cuestas hablando de que ahora sí se les “acabó la fiesta a los bandidos”? O piense usted en Enrique Doger Señor de las Siete Casas gritando cosas como: “¡que ni se hagan ilusiones las manos largas, se acabaron los moches y las transas! ¡Si quieren lana, háganla por la buena, como la gente honrada, trabajando!”.
¿Con qué cara los ahijados del marinismo hijos putativos del célebre “Dios en el Poder” podrían lanzar frases como las que lanzó “El Bronco”? Frases como éstas: “(mis antecesores) se creyeron reyes y no gobernantes Veían a los ciudadanos como súbditos”.
(Con Valentín Meneses como asesor de campaña poco, muy poco, se puede hacer).
Con estos broncos hay que arar.
De risa loca.
Beltrones y su Hoja de Ruta Entre octubre y noviembre vendrá un mensaje singular desde el CEN del PRI.
Los destinatarios serán quienes con posibilidades o sin ellas han expresado su aspiración para ser la candidata o el candidato a la denominada minigubernatura de Puebla.
El llamado, muy en el estilo Manlio Fabio Beltrones, será para apaciguar a quienes se jactan todos los días de ser los “favoritos”.Columna La Quinta Columna por Mario Alberto Mejía en Milenio: Los “Bronquitos” Poblanos, más Vulnerables que López Dóriga
Para ser “Bronco” hay que parecerlo.
¿Cuál de los precandidatos poblanos podría hablar con la claridad con la que ha venido hablando Jaime Rodríguez, gobernador de Nuevo León? Más allá de que sea un fanfarrón probado y que carezca de estudios y de un discurso bien estructurado, “El Bronco” no ha tenido empacho en exhibir públicamente las corruptelas de los últimos gobiernos priistas.
El fin de semana lo hizo ante Miguel Ángel Osorio Chong, secretario de Gobernación, y el mismísimo Rodrigo Medina, convertido, además de ex gobernador, en el hazmerreir de la ceremonia de toma de posesión.
Otros testigos fueron algunos de los más recientes gobernadores.
A todos ellos, sin excepción, “El Bronco” los ridiculizó con un discurso de barrio que las galerías celebraron.
Por eso la duda mata: ¿Cuál de los sedicentes “Broncos” poblanos podría atreverse a hablar de esa manera? Los que más se atreven lanzan piedritas al paso de la caravana.
Piedritas que se vuelven rosas.
Y no lo hacen por falta de coraje, sino porque sus cuentas públicas no resistirían el menor asomo.
Algunos de estos “Broncos” locales son más vulnerables que López Dóriga ante los señalamientos de extorsión.
Por eso no se atreven a increpar de a de veras.
“El Bronco” lo hizo y lo sigue haciendo porque es evidente que a su paso por la administración pública en su calidad de alcalde no generó quebrantos ni se enriqueció asquerosamente como sí lo han hechos valga la paradoja nuestros “Bronquitos” de medio centavo.
¿Se imagina el hipócrita lector a Eduardo Rivera Pérez con su onerosa residencia a cuestas hablando de que ahora sí se les “acabó la fiesta a los bandidos”? O piense usted en Enrique Doger Señor de las Siete Casas gritando cosas como: “¡que ni se hagan ilusiones las manos largas, se acabaron los moches y las transas! ¡Si quieren lana, háganla por la buena, como la gente honrada, trabajando!”.
¿Con qué cara los ahijados del marinismo hijos putativos del célebre “Dios en el Poder” podrían lanzar frases como las que lanzó “El Bronco”? Frases como éstas: “(mis antecesores) se creyeron reyes y no gobernantes Veían a los ciudadanos como súbditos”.
(Con Valentín Meneses como asesor de campaña poco, muy poco, se puede hacer).
Con estos broncos hay que arar.
De risa loca.
Beltrones y su Hoja de Ruta Entre octubre y noviembre vendrá un mensaje singular desde el CEN del PRI.
Los destinatarios serán quienes con posibilidades o sin ellas han expresado su aspiración para ser la candidata o el candidato a la denominada minigubernatura de Puebla.
El llamado, muy en el estilo Manlio Fabio Beltrones, será para apaciguar a quienes se jactan todos los días de ser los “favoritos”.
