A Puerta Cerrada por Jorge Rodríguez Corona
La corriente de opinión que ve en el aparente alejamiento de Blanca Alcalá Ruiz su automático descarte de la disputa por la candidatura del PRI al minigobierno del estado podría estar equivocada.
En efecto, si la senadora por Puebla pudiera elegir, optaría por enfundarse en el traje de candidata hasta el 2018, cuando estará en pugna la siguiente gubernatura de seis años.
No obstante, eso no significa que le haya dado la espalda al proceso electoral de 2016 ni que le haya mandado a decir a los integrantes del Comité Ejecutivo Nacional tricolor que mejor ni la busquen, que no pretende competir ni competirá por una administración estatal de apenas 20 meses.
Algunos competidores internos han querido interpretar el distanciamiento de la ex presidenta municipal de Puebla de la escena local como un menosprecio hacia sus compañeros de militancia y a sus dirigentes, como una deslealtad con el partido que podría necesitarla para encarar la sucesión del 2016.
Eso es falso.
Cuentan que la senadora ha tendido puentes de comunicación con los auténticos jerarcas del PRI y que a ellos les ha informado de su disposición para ir en la contienda electoral que se le encomiende, ya sea en la de 2016 o en la de 2018, y si es que se le encomienda.
Fuentes del CEN priista comentan que la senadora escogió ausentarse de la vitrina de los medios poblanos y de la grilla política estatal para evitar el desgaste de una contienda interna que al menos de momento resulta ociosa.
Ociosa, sí, agregan las mismas fuentes, para quien se encuentra en primer lugar de la intención de voto dentro del partido tricolor.
Ese es el motivo que habría llevado a Blanca Alcalá a guardar distancia en meses recientes.
No es que le ponga mala cara al 2016.
O no tanta.
Conocedora de las reglas no escritas del ejercicio político en el recién restablecido sistema presidencial priista, sabe que la institucionalidad es el camino a seguir en estos casos.
Dicen que no piensa sentar un precedente de rebeldía frente a una eventual solicitud presidencial.
Así que no la excluya solo porque no la ve o no la escucha declarando en los medios, porque no cita a conferencias de prensa de la ‘unidad’ en alguno de los restaurantes del centro histórico o porque no tira la casa por la ventana ni invita a media clase política a sus celebraciones familiares.
Blanca Alcalá Ruiz juega a su estilo, con estrategias propias.
Y sigue haciendo política, aunque algunos no lo observen.
@jorgerdzc



