El escándalo en el que está envuelto el consorcio Volkswagen AG provocó severos daños a su imagen y una crisis global que repercutió en la renuncia de su presidente mundial, Martin Winterkorn, y la llegada de Matthias Müller a este cargo dentro del Consejo Ejecutivo.
La última semana ha sido caótica para el grupo alemán luego que se descubrió en Estados Unidos la alteración de su software para controlar las emisiones de gases de sus vehículos con motores diésel, y cumplir con los estándares demandados en ese país.
De acuerdo con la Agencia de Protección Ambiental (EPA) se estima que las unidades comercializadas en la Unión Americana con este tipo de motores alterados alcanzcen las 482 mil, siendo los modelos Jetta, Golf, Beetle, Passat y Audi A3.
Según la Secretaría de Economía (SE), en México la ensambladora de autos de origen alemán exportó a los Estados Unidos 39 mil 900 vehículos con esta alteración en el software que controla las emisiones de gases de 2009 a la fecha.
La problemática mundial y la afectación de su imagen provocó que las acciones de la empresa se desplomaran en términos del 18.60 por ciento una vez que los directivos reconocieron esta alteración, representando una pérdida de 15 mil 348 millones de dólares.
Para fortuna del consorcio alemán tras la renuncia de Martin Winterkorn lograron recuperar 0.58 por ciento el valor de sus acciones que cotizan en las bolsas de valores en todo el mundo.
En un comunicado, la armadora de autos informó que el Consejo de Supervisión de Volkswagen AG aprobó una nueva estructura directiva para el Grupo Volkswagen y para sus marcas filiales y este ajuste en su órgano de dirección aplicará para la Región Norteamérica.
El presidente interino del Consejo de Supervisión, Berthold Huber, comentó que “la nueva estructura fortalece a las marcas y a las regiones, brinda al Consejo Ejecutivo del Grupo Volkswagen el margen de maniobra necesario dentro de la compañía, y se pone énfasis en el desarrollo enfocado a los temas con visión de largo plazo”.
En lo que corresponde a Puebla, esta grave situación por la que atraviesa Volkswagen ha generado el nerviosismo del sector automotriz e incluso se ha anunciado una serie de paros técnicos para evitar que la baja en la producción de vehículos genere despidos de personal.
El gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle Rosas, ha reconocido que este escándalo sí afectará en las ventas de la empresa germana, asentada desde hace cinco décadas en el municipio de Cuautlancingo y que genera más de 16 mil empleos de los cuales 10 mil corresponden a trabajadores sindicalizados.
Para evitar el despido masivo de trabajadores derivado de esta crisis, la administración estatal se comprometió con el presidente de Volkswagen de México, Andreas Hinrichs, realizar un esfuerzo para apoyar a la armadora con la compra de vehículos de la marca.
En los últimos años, la ensambladora de autos ha registrado una creciente producción puesto que incluso en 2012 rompió records al lograr el armado de 604 mil 508 vehículos en sus líneas de producción.
Asimismo, ha invertido recursos superiores a los 2 mil 700 millones de dólares para adecuar su planta en Puebla y producir nuevos modelos como el Jetta Bicentenario, Golf Séptima Genereración y próximamente la camioneta Tiguan.
Estas millonarias inversiones realizadas desde 2009 se suman a la efectuada por su filial de autos de lujo, Audi, que asciende a los mil 300 millones de dólares y que iniciará operaciones en 2016 con el armado de la camioneta Q5 en el municipio de San José Chiapa.