Serpientes y Escaleras por Ricardo Morales
Aunque ella no quiere mucho y hace todo lo posible para tratar de alejarse de Puebla, situación que no es del todo mala para su imagen pública, si todo sigue igual, las cosas apuntan para que la candidatura del PRI a la minigubernatura que estará en juego el próximo año, recaiga en la senadora de la República, Blanca Alcalá Ruiz.
¿A qué cosas nos referimos? Específicamente a dos cuestiones. Alcalá es la candidata mejor posicionada en las encuestas rumbo a la sucesión gubernamental, a más de cuatro años de haber concluido su administración al frente de la ciudad capital y tres de haber obtenido la designación por Puebla a la cámara alta, la expresidenta municipal de Puebla, mantiene buen posicionamiento y también intención de voto.
La otra vertiente que pone casi en sus manos la designación a la gubernatura, aunque ella no quiere, es el hecho de que en el CEN del PRI, se busca que al menos seis de las 12 gubernaturas que estarán juego, recaigan en manos de mujeres, para cumplir con la promesa de Peña Nieto de equidad de espacios en puestos de elección popular para las mujeres.
De las 12 gubernaturas que estarán en juego dentro de unos meses: Aguascalientes, Zacatecas, Sinaloa, Tlaxcala, Puebla, Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo, Tamaulipas, Chihuahua, Veracruz y Durango, solo en Puebla puntea una mujer al interior de su partido y esa es Blanca Alcalá, situación que no escapa al buen ojo y buena vista del CEN y de su presidente Manlio Fabio Beltrones.
Es por eso que las condiciones se le ponen en bandeja de plata de Blanca Alcalá, quien cometió el miércoles pasado, un error político importante, mandando un mensaje equivocado al resto de los grupos al interior de su partido, al dejarse manipular por el otro aspirante a la minigubernatura, Enrique Doger.
Y es que si bien es cierto Alcalá es la mejor posicionada al interior del PRI en las encuestas y también lo es que ella no quiere participar en este proceso y esperar al 2018, lo cierto es que si va como candidata va a necesitar de todos los grupos de su partido y no solo de la dupla Marín y Doger, insuficientes para llevarla a la victoria.
Alcalá no necesita dividir al PRI, lo necesita unido y fuerte, esas versiones que nadie le va a querer jugar las contras a Beltrones por miedo, son parcialmente ciertas, no le van a jugar las contras, pero si pueden simular y eso a nadie le conviene.
La dos fuerzas políticas que se verán las caras en el 2016, priismo y morenovallismo, dependen para obtener un buen resultado electoral, en una buena medida de llegar unidos.
Del otro lado, la posible nominación de Alcalá como candidata, ya produjo sus efectos.
La política es un juego de ajedrez, en el que como en la física, a toda acción corresponde una reacción.
No es obra de la casualidad el activismo que se desatado en torno a Martha Erika Alonso Hidalgo, esposa del gobernador, Rafael Moreno Valle Rosas.
La presidencia con licencia del DIF estatal, es de acuerdo a algunos estudios, el antídoto perfecto antiBlanca y anti PRI, aunque su relación familiar con el gobernador de Puebla, pudiera ser una limitante muy importante.
No obstante algunas mediciones iniciales, señalan que Martha Erika ha conectado muy bien en Puebla capital, ciudad cuya zona conurbada concentra el 40 por ciento del padrón electoral que estará en juego el próximo año.
Las dos fuerzas políticas predominantes en Puebla, priismo y morenovallismo, analizan sus escenarios y juegan sombras tratando como lo marca el manual del arte de la guerra, de confundir al enemigo.
En tanto el próximo lunes en la ciudad de México, habrá de llevarse a cabo en Insurgentes Norte, la sede del CEN del PRI, una importante reunión entre los 31 delegados del tricolor en el país y su líder Manlio Fabio Beltrones, ahí no solo se conocerá a quien venga a tomar las riendas del Revolucionario Institucional en Puebla, sino también decisiones importantes rumbo a la elección del próximo año.