Intolerancia por Enrique Núñez
En mayo de 2014, Luis Maldonado Venegas se convirtió en un militante “distinguido” del prd. Para la elección del Consejo Nacional se movió la maquinaria para que aún sin reunir los requisitos lo hicieran consejero nacional; de esta forma, con el apoyo de Los Chuchos, se le incrustó en los primeros lugares de la lista plurinominal del Sol Azteca, para asegurarle una curul federal, lo cual implicaba que el Señor de los Cerros tuviera a un operador de primer nivel en San Lázaro.
A dos semanas de haber protestado el cargo de diputado, Luis Maldonado Venegas quien encubriera el caso Chalchihuapan y la represión contra la protesta social morenovallista se ha convertido en uno más de los 500 legisladores en San Lázaro, pese a que en Puebla presume ser uno de los más influyentes.
La realidad es que con la llegada de Francisco Martínez Neri, exrector de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, como coordinador de la bancada perredistas, a Maldonado Venegas se le marginó de la vida legislativa. Para Martínez Neri, el veracruzano Luis Maldonado es un diputado que debe votar como se le pide y respetar las decisiones de su líder de bancada.
En pocas palabras, la misión legislativa de Don Luis es muy simple: obedecer.
Entre las acciones que ha tenido aceptar en contra de su voluntad el exsecretario General de Gobierno fue el firmar la renuncia al seguro de gastos médicos mayores que se da a los diputados.
Asimismo, Luis Maldonado tuvo que salirse del recinto el primero de septiembre cuando fueron a entregar el informe del Presidente de la República, no porque él estuviera de acuerdo, sino porque tiene que obedecer.
No hay que olvidar que Maldonado presume ser amigo personal de Peña Nieto y no duda en mostrar las fotos del Presidente en su casa. Incluso, no dudó en auto promoverse como posible secretario de Educación Federal en el gobierno peñista.
Se dice también que ninguna corriente quiere tratos con él, por tratarse de un arribista, al grado de que hasta Los Chuchos lo hacen menos.
Para su mala fortuna, el líder de su bancada Francisco Martínez Neri, tiene alma de verdadero izquierdista, con nexos con la appo y otras organizaciones sociales, que contrastan con los antecedentes priistas y convergentes de Maldonado.
En estricta justicia, hay que reconocer que Maldonado es un político que se movió durante años en las altas esferas del poder; sin embargo, el pragmatismo de su jefe Rafael Moreno Valle lo ha arrastrado, sobre todo entre quienes anteponen las ideologías a los proyectos personales.
Así las cosas, Maldonado ha vivido dos semanas oscuras en San Lázaro, lo cual explica su desesperación por volver lo antes posible a refugiarse en Casa Aguayo como secretario General de Gobierno.