Marco Aurelio Mirón
Con las reserva del caso, Luis Miguel Barbosa Huerta sigue firme con su postura de postularse en 2018 como candidato a gobernador del estado de Puebla, pero no sería bajo las siglas del PRD.
Una fuente confiable al interior del perredismo, dio a conocer a este reportero que el ahora ex presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República sigue labrando su camino para seguir con su carrera política.
Al menos es su plan.
Conocedor de la debacle del partido del sol azteca, está analizando una opción, poco viable, pero al fin y al cabo opción para llegar al corazón del “sentimiento” popular.
¿Cuál es el camino?
Explorar la conveniencia de buscar una CANDIDATURA INDEPENDIENTE en 2018.
Aunque personalmente considero que no será así pese a la pérdida de poder que ha tenido Luis Miguel en el manejo del partido en suelo poblano, la versión sobre esa alternativa está latente.
De ahí que la recién aprobada reforma electoral en el congreso local, conocida como ley anti-bronco, no haya caído tan bien en el ánimo del grupo del perredista.
Aunque las tribus perredistas todavía no mueven un dedo en torno a buscar mecanismos legales de impugnación, se dice que el senador está dando los primeros pasos.
Barbosa Huerta está echando mano de unos de sus asesores favoritos para estos menesteres en la figura del abogado Enrique Rivera Martínez.
Se le considera un fiel seguidor y hombre de confianza y entre sus cartas de presentación, está su paso como representante del PRD ante los órganos electorales, ex miembro de la Comisión Nacional de Garantías y Vigilancia del PRD y ex asesor legal de los “chuchos” en los temas de elecciones internas.
Este abogado es quien explora los elementos legales para confeccionar el recurso legal que presentaría ante las instancias correspondientes.
Obviamente Luis Miguel Barbosa echaría mano de su trabajador de confianza como el caso del ex dirigente estatal, Eric Cotoñeto Carmona, para mandar el mensaje desde tierras poblanas.
En política ninguna opción se puede descartar sobre todo porque el grupo morenovallista no lo dejará pasar en 2018 cuando termina su labor en el senado.
Por eso Barbosa está abriendo el abanico de posibilidades, aunque eso implique separarse del partido político que le ha dado todo.
¿Será verdad?
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La dirigencia nacional del PRD, aún bajo el mando de Carlos Navarrete Ruiz, busca al menos sentar las bases para levantar el ánimo perredista después de la debacle electoral de junio pasado.
Dado que Puebla fue una de las entidades donde dicho partido político alcanzó poco más de cinco puntos en los comicios federales, se quiere corregir el rumbo en 2016 y por eso el Comité Ejecutivo Nacional enviará después de consejo nacional a dos delegados nacionales, quienes se encargarán de coordinar los trabajos partidarios en el estado.
De esa manera la dirigencia estatal, encabezada por la gris Socorro Quesada, quedará acotada y la política de alianzas electorales con el PAN sigue presente dentro de la agenda nacional del sol azteca para el caso Puebla.
Al menos es la intención de Carlos Navarrete pese la decisión inicial en contra de dos de sus posibles relevos como Armando Ríos Piter y Agustín Basave Benítez.
Navarrete quiere irse al menos con cierta dignidad y dentro de sus propuestas de trabajo a su antecesor, sigue la idea de ir de la mano con el panismo en 2016.
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@Marcomironc