En una anterior entrega ya mencione que no se descarta que a los más altos niveles se pueda dar una negociación entre priistas y panistas para que en el 2016 se mantenga el morenovallismo en el poder, pero que en el 2018 los albiazules le devuelvan la cortesía al tricolor con uno de los suyos que bien podría ser, Jorge Estefan.
En este espacio voy a mencionar algunas claves para poder vislumbrar este posible acuerdo entre panistas y priistas, las cuales podrán luz para saber si el tricolor y su nueva dirigencia encabezada por Manlio Fabio Beltrones van con todo o no, en el proceso electoral que se avecina.
Una de las claves será el ver, si al gobernador Moreno Valle se le da “carta libre” para reeditar la megacoalición que lo llevó al poder en el 2016.
Este es un punto vital, si al mandatario poblano, se le da “manga ancha”, es casi seguro que arme una alianza con PAN, PRD, Compromiso por Puebla y PSI para ir con su candidato Tony Gali a la contienda del próximo año.
En este mismo sentido como ya lo mencione en otra ocasión, es vital observar el papel que jugará el partido magisterial, Nueva Alianza en manos del morenovallista, Gerardo Islas Maldonado.
Si a nivel nacional, “Don Beltrone” permite que Nueva Alianza en Puebla, siga bajo el control del gobernador, entonces quedará en claro que la negociación va por buen rumbo, en caso contrario si el partido magisterial pasa a la esfera del PRI o se mantiene neutral, entonces es un síntoma de que si van en serio a un proceso electoral que puede complicarse para el mandatario.
Otro punto a observar es ver si el PRI impugnará la reforma electoral aprobada en Puebla, como amagaron la semana pasada desde el CEN; pero que hasta el momento no lo han hecho.
Es un hecho que la reforma electoral, coloca en franca desventaja al PRI en la elección que se aproxima. El tema del porcentaje impuesto a las candidaturas ciudadanas, solo es un distractor, porque hay cosas más fuertes como las candidaturas comunes o el hecho de que a pesar de que el consejo general del Instituto Electoral local será renovado y hasta cambiará de nombre, no se podrá remover de su cargo al secretario General, el verdadero cerebro operador de la estructura del nuevo OPLE.
Este es otro factor clave para saber realmente la voluntad de Los Pinos y Bucareli, en torno a Puebla, y si es cierta o no versión del gran acuerdo cupular que ya se mueve en los círculos del poder local y nacional.
Otros factores son, la designación del nuevo delegado del CEN del PRI, así como si se mantendrá o no al frente de la dirigencia estatal Ana Isabel Allende Cano, así como la propia designación del candidato a casa Puebla.
Dejo a consideración del lector estas variables, que desde mi punto de vista van a dar luz, sobre la elección que se avecina, la cual reiteró, consideró que esta arreglada desde los más altos niveles.
Y es que a nadie le conviene una “carnicería” en Puebla, como algunos otros analistas han adelantado.
El presidente Peña entra en la segunda mitad de su mandato, con los niveles más bajo de popularidad que haya registrado mandatario alguno en la historia de México.
Si bien es cierto que la calificación del gobernador Moreno Valle ha bajado, no se compara con las cifras que registra el presidente de la República.
El tema económico es clave en este asunto y se espera un 2016 aún más difícil que este año el cual inicia ya su recta final, a ninguno de los dos le conviene ir a una “guerra sin cuartel”, mientras un enemigo en común acecha y ese se llama Movimiento de Regeneración Nacional, así como también, las mal llamadas “candidaturas independientes”.