Víctor Giorgana Jiménez ha confesado ‘en corto’ que insistirá en mantenerse dentro de la lista de suspirantes del PRI a la minigubernatura de 2016, pero que en realidad buscará competir por la presidencia municipal de Puebla en 2018.
El recién estrenado diputado federal aspira a convertirse en sucesor de José Antonio Gali Fayad o de quien quiera que sea su sustituto, en caso de que el actual edil de la capital se encuentre por esas fechas como inquilino de Los Fuertes.
Puede sonar lejano y por tanto aventurado el objetivo del priista, pero después de revisar la historia de los últimos dos años más le valdría al resto de los aspirantes tricolores mantenerlo bajo observación.
Giorgana ganó sus elecciones de 2013 y 2015 y seguro que sacará mucho más provecho personal de la coordinación de los diputados federales poblanos del PRI que su antecesor en esa posición: el ‘hombre invisible’ que respondía al nombre de Carlos Sánchez Romero.
Así que ya sabe: si lee o escucha a Giorgana hablar de la minigubernatura no le preste mucha atención.
Su mira está en otro sitio.
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Aunque cueste creerlo, a menos de cuatro meses de que se conozca el nombre del ‘tapado’ dentro del PRI, parece que todavía hay militantes de ese partido que pretenden engrosar la ya de por sí larga lista de tiradores a la gubernatura del estado.
Cuentan que José Luis Márquez Martínez estaría por anunciar su interés por participar en la contienda interna.
En efecto.
Eso es lo que se dice.
Además de diputado federal y local, Márquez ha sido presidente municipal de Zacatlán e integrante de gabinete en la administración estatal; sin embargo, llama la atención que piense levantar la mano cuando faltan apenas unos meses para cerrar la cortina en este asunto.
Es cierto que viene la fase más intensa de la interna priista, que podrían sucederse acontecimientos poco previsibles en los días por venir, pero de eso a inventar precandidaturas de un día para otro es otra cosa.
Habrá que ver si es cierto.
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Javier López Zavala confirmó en su reaparición pública que uno de los principales retos que tiene por delante para contender por la candidatura del PRI al gobierno del estado es controlarse a sí mismo.
Aquella aseveración de que el desempeño de la administración estatal ha hecho que los poblanos extrañen a Mario Marín Torres porque, según dijo, nadie sabe lo que tiene hasta que lo ve perdido, no hizo más que recordarle a los eventuales electores sus antiguas ligas con el exgobernador.
Eso, en sentido contrario a lo que el propio Zavala ha venido tratando de hacer en los últimos cinco años: desmarcarse de su otrora promotor, perjudica su imagen, su credibilidad y por tanto sus aspiraciones políticas.
Entre los priistas fueron tomadas con humor las palabras del ahora exdiputado federal.
Saben que no fue buena idea pronunciar el nombre del exmandatario priista como ejemplo de aquello que presuntamente quieren los poblanos y menos de boca de quien pasó a la historia como el ‘delfín’ de aquella sucesión, la de 2010.
Un pequeño traspié.
@jorgerdzc
