El Financiero
Se han acercado a la Casa Blanca y a los aviones, han intentado transportar drogas más allá de los muros de las cárceles y han interferido con el trabajo de los bomberos en California.
En realidad, los drones han tenido presencia en tantos incidentes, que algunos legisladores de los Estados Unidos proponen ahora combatir la tecnología con tecnología mediante la exigencia de una versión aérea de un cerco invisible para perros a los efectos de impedir que los aparatos no tripulados vuelen en áreas delicadas.
De manera similar a los cercos electrónicos que evitan que los perros traspasen sus límites, el cerco aéreo utiliza sistemas de posicionamiento global para demarcar zonas de exclusión aérea para los drones. El problema es que los sistemas, conocidos como geocercamiento, podrían no resultar efectivos contra la creciente falta de legalidad en los cielos.
La tecnología de geocercamiento puede burlarse y no funcionaría con modelos más viejos o más baratos, las campañas educativas no parecen haber funcionado hasta ahora y atrapar a quienes violan el cerco ha resultado casi imposible.
“Mientras exista YouTube y todos compitan por el video más atractivo, los drones seguirán existiendo”, dijo Jim Williams, exdirector de la división de aparatos aéreos no tripulados de la Administración Federal de Aviacón, FAA por la sigla en inglés. “No confío mucho en que eso vaya a solucionarse”.
El geocercamiento tiene elementos que lo hacen prometedor en cuanto a limitar los excesos de los drones, pero difícilmente sea una panacea en momentos en que se estima que los incidentes con drones llegarán a superar los mil este año.
LIMITACIONES DE GEOCERCAMIENTO
Antes de que pueda imponerse el geocercamiento, el gobierno debe elaborar las regulaciones, un proceso que suele ser complicado y puede llevar años, dijo Williams, que se desempeña en la actualidad como consultor sobre la industria de drones en la firma legal Dentons US LLP.
La tecnología tampoco funcionará con los modelos más baratos sin GPS, dijo, y en los Estados Unidos ya se ha vendido 1 millón de drones, muchos de los cuales, agregó, nunca serán actualizados con límites de geocercamiento.
“Se trata de algo positivo para el futuro, pero los que ya existen van a ser de muy difícil control”, dijo Alex Mirot, presidente de Unmanned Safety Institute. Su compañía, que tiene sede en Maitland, Florida, entrena a operadores de drones y ha asesorado a aeropuertos sobre medidas para enfrentar los riesgos que generan los aparatos aéreos no tripulados.
Los límites del geocercamiento también son vulnerables a desactivaciones o hackeos, dijo Kevin Finisterre, un consultor de seguridad informática de Columbus, Ohio, que ha estudiado el software de los drones que producen diferentes fabricantes.
SZ DJI Technology Co., la firma con sede en Shenzhen, China, que lidera la fabricación de drones para el consumo, ya comprende más de 6 mil 700 zonas restringidas en el mundo en software de geocercamiento.
De todos modos, aún es posible ver volar drones de DJI en zonas restringidas debido a que en algunos casos el sistema proporciona una advertencia sin detener el vuelo, dijo en un correo electrónico el vicepresidente de Asuntos Legales y de Políticas de DJI, Brendan Schulman. Ello se debe a que los drones están autorizados a volar en zonas prohibidas si los operadores reciben la aprobación de la FAA, dijo Schulman.