Donetsk, Ucrania. El alto el fuego en el este de Ucrania sigue siendo violado sistemáticamente tanto por los nacionalistas ucranianos como por los separatistas pro-rusos. Los observadores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) han asegurado que en ambos bandos se usan armas pesadas, prohibidas por el Protocolo de Minsk (*).
El presidente ucraniano Petro Poroshenko ha denunciado ataques cada vez más intensos de las “fuerzas terroristas rusas”, y ha convocado de urgencia a los líderes de las fuerzas armadas para desarrollar nuevas estrategias de defensa. Así, sigue el intercambio de acusaciones entre Kiev y los rebeldes.
Por si fuera poco, la economía está al borde del colapso a causa del embargo económico al que está sujeto el Donbass por los acuerdos de Minsk.
En la región rebelde, que tiene a Donetsk como principal ciudad, todos los bancos han cerrado; los supermercados exponen muy poca mercancía; la grivna (la moneda nacional de Ucrania) empieza a escasear y deja así cada vez más espacio al rublo ruso; los inversores extranjeros, en particular los de los Estados Unidos, han hecho las maletas.
Para mantener alta la moral de la población, además de colgar carteles que recuerdan las antiguas glorias militares de la Unión Soviética, se invierten grandes sumas de dinero en la organización de festivales de música, cine y arte que alaban la cultura del Donbass y, más en general, el cosmos ruso.
Denis Pushilin es el presidente del Parlamento de la República Popular de Donetsk y el responsable de los acuerdos de Minsk. Muy joven -tiene sólo 34 años-, ya ha sobrevivido a dos atentados, que tuvieron lugar en mayo de 2014, en los que perdieron la vida algunos de sus colaboradores.
Con un currículo bastante singular, después del servicio militar en el ejército de Ucrania en 2000 trabajó como crupier en un casino y como vendedor de productos financieros. Antes de la rebelión se presentó como candidato con partidos independentistas y recibió unos cuantos reveses electorales.
En mayo de 2014 “milagrosamente” obtuvo un título de la Academia de Ingeniería Civil y Arquitectura del Donbass; hoy es uno de los hombres clave del gobierno de Donetsk y demuestra ser un político. experimentado.
Teniendo en cuenta los muertos que la guerra en el Donbass continúa causando, parece evidente que los acuerdos de Minsk no están consiguiendo grandes logros.
¿Qué opina al respecto?, se le preguntó.
-“Puedo decir firmemente que los acuerdos de Minsk son útiles, ya que constituyen una buena plataforma de diálogo entre los actores internacionales que juegan papeles directos e indirectos en el conflicto”.
Añadió que “las negociaciones atestiguan que estamos llevando a cabo una guerra justa, fundamental para el Donbass. Por desgracia, los ucranianos siguen violando el alto el fuego con intensos bombardeos”.
“Actualmente la situación no es tan grave como en enero, cuando tuvimos cientos de víctimas, muchas de ellas civiles. Por todas las partes, a excepción de Kiev, hay una voluntad política de seguir la agenda dictada por los acuerdos de Minsk”, indicó.
Dio un ejemplo: “El punto 11 del protocolo prevé una reforma constitucional para que los representantes de Donetsk tengan voz y voto”.
-¿Y el gobierno de Kiev qué hace?
-“Hace enmiendas a la reforma constitucional que no se discuten con nuestros hombres. Ha incluido en el comité para la Constitución a gente que vivía en el territorio de Donetsk antes de la guerra y que en realidad no representa nuestros intereses. Gente corrupta, en definitiva. Minsk, en cambio, establece que haya residentes actuales de nuestra región”.
-¿Y Kiev qué les dice a los interlocutores?
-“Aquí estamos listos para iniciar la reforma constitucional y esto se ha acordado con los representantes de Donetsk. Pero todo son mentiras, porque sólo los verdaderos representantes de Donetsk pueden firmar los acuerdos”.
-Entonces, ¿qué haría falta para que las negociaciones de Minsk avancen?
-“Sostenemos que la Unión Europea, a través de la OSCE, debe desempeñar un papel más importante. Tiene el deber, como ya está haciendo Rusia, de presionar a Kiev para que respete los diferentes puntos dictados por Minsk. Europa ya no puede funcionar de forma intermitente, optando por Kiev como principal interlocutor”, señaló.
Refirió que para ellos “lo mejor hubiese sido la anexión a Rusia, pero el año pasado nos convertimos en una república y queremos mantener este estatus. Respetamos todos los puntos dictados por Minsk, mientras que Kiev no ha cumplido ni un solo punto”.
“Para nosotros la vida humana es sagrada, ya no toleraremos la pérdida de más vidas por culpa de las transgresiones de los ucranianos. Y pensar que nos llaman terroristas… Realmente estamos decididos a poner fin a esta guerra, pero hace falta también la voluntad real de Kiev. Por eso digo que una intervención más contundente de Europa puede hacer mucho”, afirmó.
-Muchos aseguran que Rusia os apoya, no sólo políticamente sino también militarmente. ¿Cómo están las cosas?
-“Si Rusia hubiera estado detrás nuestro, esta guerra habría durado un par de días, me parece obvio. Basta de hablar de extrañas tesis conspirativas sobre Moscú. El conflicto del Donbass es muy serio y entendemos perfectamente los temores de la comunidad internacional sobre el hecho de que pueda dar lugar a situaciones similares a las que se están viviendo en Siria, Iraq, Yemen o Libia”, manifestó.
Agregó que “los Estados Unidos han perdido poder, ahora vivimos en un mundo multipolar. Los nuevos centros de influencia son los países BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), y Washington está acusando el golpe. Fijémonos en las sanciones que Europa ha impuesto recientemente a Rusia por voluntad de los estadounidenses: ¿quién sale beneficiado? Obviamente, sólo los Estados Unidos”.
“Rusia pierde, Europa pierde y nosotros, aquí en el Donbass, perdemos, porque la gente se está muriendo. Por esta razón insistimos para que Europa levante la cabeza y se emancipe de los estadunidenses. En esta dirección está yendo el presidente francés Hollande, muy activo en la evolución de las conversaciones de Minsk”, enfatizó.
-Bancos cerrados, tiendas con estanterías vacías, doble moneda… Son elementos que preceden al colapso de la economía local. ¿Cuál es la situación económica de la República Popular de Donetsk?
-“Teniendo en cuenta el bloqueo económico y de transporte al que estamos sujetos, está claro que vivimos una situación muy difícil. La situación sigue deteriorándose porque no estamos relanzando la producción industrial como nos gustaría. Tenemos que subir los impuestos para pagar las pensiones y los servicios sociales”, mencionó.
Externó que “la cancelación del bloqueo, prevista por los acuerdos de Minsk, mejorará la situación. Ahora nuestros empresarios están buscando nuevas maneras de llevar a cabo sus actividades. Tenemos un sistema de doble moneda no por nuestra voluntad, sino porque nos hemos visto obligados a adoptarlo. La moneda grivna se la han quedado ellos (los ucranianos) a propósito”.
“Tenemos que encontrar otras maneras de proveernos. A nosotros nos iría bien vender nuestros productos directamente a Rusia y Europa, e intensificar el diálogo con los países que nos reconocen como Osetia del Sur. Todos estos pasos han sido forzados porque Kiev no ha movido el bloqueo ni un milímetro”, subrayó.
(*) El Protocolo de Minsk es un acuerdo firmado por los representantes de Ucrania, Rusia, la República Popular de Donetsk y la República Popular de Lugansk el 5 de septiembre de 2014.
Los acuerdos, firmados en Minsk bajo los auspicios de la OSCE, tienen como objetivo poner fin a la guerra en el Donbass e identificar un camino político para el restablecimiento de la autoridad del gobierno de Ucrania en la frontera con Rusia en áreas bajo control separatista. Sin embargo, el acuerdo, que en febrero incluyó nuevas modificaciones, sigue teniendo magros resultados en todos los frentes.




