Se fortalece Banck.
– Ricardo Morales Sánchez
En la pasada entrega hablamos sobre el probable arribo de Fernando Morales Martínez a la Secretaría General de Gobierno, un movimiento clave que dejaría a los “Kennedy poblanos” como encargados de la gobernabilidad en el estado y de sacar electoralmente adelante la elección de 2016, donde el morenovallismo se “juega el boleto” rumbo a 2018.
La decisión llevaría varias implicaciones. Por ejemplo: quién mejor que un exgobernador de la talla de Melquiades para frenar en Puebla la creciente influencia del marinismo, que busca regresar por sus fueros con un muy notorio activismo por parte de la cabeza de este grupo: el exmandatario Marín.
Melquiades Morales Flores no puede intervenir directamente ni “meter las manos” a favor del morenovallismo, pero lo puede hacer a través de su hijo Fernando, encargado de restaurar en menos de un año todas la “heridas” causadas entre aliados y no aliados.
Pero el arribo del “Fer” Morales deja prácticamente sin posibilidades a su cuñado David Villanueva para ser el sucesor de Antonio Gali Fayad cuando vaya como candidato de la coalición morenovallista de fuerzas a inicios del próximo año.
David -titular de la Auditoría Superior- es un hombre brillante pero una regla no escrita en la política es que no se pueden tener “perritos ni gatitos”; o se tiene uno o se tiene otro, pero los dos sería darle demasiado poder a un solo grupo y todo gobernador tiene a buscar el equilibrio para no volverse rehén de uno solo.
Fernando como secretario general de Gobierno y David Villanueva como alcalde interino sería demasiado para el clan de los “Kennedy”, que, si bien son hombres de palabra y resultados, no lo pueden tener todo. A esto se debe sumar que próximamente José Luis Mirón, otro integrante del clan, se prepara para llegar como uno de los integrantes de la OPLE, por lo que el poder de los Morales sería tremendo.
El probable arribo del “Fer” deja, pues, el campo libre para que, sino ocurre otra cosa, Luis Banck Serrato se convierta en el sucesor de Antonio Gali cuando abandone la presidencia municipal de Puebla, lo cual Tony analiza hacerlo de manera definitiva y no provisional.
Los resultados de la encuesta del Coneval han colocado a Banck a la altura de “héroe” dentro del morenovallismo: le atribuyen los resultados obtenidos en materia de combate a la pobreza, en la cual se avanzó un lugar, pues no somos el tercer estado con más pobres, ahora solo somos el cuarto.
Pero lo más importante para el morenovallismo, y por lo cual ensalzan a este personaje, es porque no solo mejoró los indicadores, sino lo que en realidad hizo fue frenar su crecimiento, lo cual -hay que reconocer- fue un mérito si se compara que a nivel federal aumentó el número de pobres y que en otros estados circunvecinos se duplicaron las cifras.
Esto, sin duda, es el principal activo que puede presumir el hoy secretario de Infraestructura, quien además cuenta con la simpatía y la confianza de Gali para que se convierta en su sucesor. Algo que da un peso adicional a la decisión.
Inclusive, al interior del grupo de los “duros” del morenovallismo, Banck es bien visto, lo cual es otro punto a su favor.
Lo único que tiene inquietos a quienes promueven la llegada de Banck -a quien califican de “genio” para ocupar la vacante- es su falta de poblanidad.
Y es que, aunque se va a tratar de una designación y no de una elección, el tema de que Luis no es poblano hace ruido, pero no el suficiente para dejarlo fuera de la jugada, aunque es un factor a tomar en cuenta, sobre todo cuando se busca integrar a más poblanos como parte del proyecto para ganar 2016.
Aunque muchos buscan dejar a un lado los resultados político-electorales de la lucha contra la pobreza, lo que es un hecho es que hay quienes resultaron beneficiados por los indicadores y uno de ellos es Luis Banck, que se ha convertido en el nuevo héroe del morenovallismo, lo cual lo perfila a despachar en el “Charlie Hall” durante los próximos 2 años con 8 meses. Y sin haber ido a una elección. ¡Eso sí es suerte!
Serpientes y Escaleras por Ricardo Morales Sánchez
En la pasada entrega hablamos sobre el probable arribo de Fernando Morales Martínez a la Secretaría General de Gobierno, un movimiento clave que dejaría a los “Kennedy poblanos” como encargados de la gobernabilidad en el estado y de sacar electoralmente adelante la elección de 2016, donde el morenovallismo se “juega el boleto” rumbo a 2018.
La decisión llevaría varias implicaciones. Por ejemplo: quién mejor que un exgobernador de la talla de Melquiades para frenar en Puebla la creciente influencia del marinismo, que busca regresar por sus fueros con un muy notorio activismo por parte de la cabeza de este grupo: el exmandatario Marín.
Melquiades Morales Flores no puede intervenir directamente ni “meter las manos” a favor del morenovallismo, pero lo puede hacer a través de su hijo Fernando, encargado de restaurar en menos de un año todas la “heridas” causadas entre aliados y no aliados.
Pero el arribo del “Fer” Morales deja prácticamente sin posibilidades a su cuñado David Villanueva para ser el sucesor de Antonio Gali Fayad cuando vaya como candidato de la coalición morenovallista de fuerzas a inicios del próximo año.
David -titular de la Auditoría Superior- es un hombre brillante pero una regla no escrita en la política es que no se pueden tener “perritos ni gatitos”; o se tiene uno o se tiene otro, pero los dos sería darle demasiado poder a un solo grupo y todo gobernador tiene a buscar el equilibrio para no volverse rehén de uno solo.
Fernando como secretario general de Gobierno y David Villanueva como alcalde interino sería demasiado para el clan de los “Kennedy”, que, si bien son hombres de palabra y resultados, no lo pueden tener todo. A esto se debe sumar que próximamente José Luis Mirón, otro integrante del clan, se prepara para llegar como uno de los integrantes de la OPLE, por lo que el poder de los Morales sería tremendo.
El probable arribo del “Fer” deja, pues, el campo libre para que, sino ocurre otra cosa, Luis Banck Serrato se convierta en el sucesor de Antonio Gali cuando abandone la presidencia municipal de Puebla, lo cual Tony analiza hacerlo de manera definitiva y no provisional.
Los resultados de la encuesta del Coneval han colocado a Banck a la altura de “héroe” dentro del morenovallismo: le atribuyen los resultados obtenidos en materia de combate a la pobreza, en la cual se avanzó un lugar, pues no somos el tercer estado con más pobres, ahora solo somos el cuarto.
Pero lo más importante para el morenovallismo, y por lo cual ensalzan a este personaje, es porque no solo mejoró los indicadores, sino lo que en realidad hizo fue frenar su crecimiento, lo cual -hay que reconocer- fue un mérito si se compara que a nivel federal aumentó el número de pobres y que en otros estados circunvecinos se duplicaron las cifras.
Esto, sin duda, es el principal activo que puede presumir el hoy secretario de Infraestructura, quien además cuenta con la simpatía y la confianza de Gali para que se convierta en su sucesor. Algo que da un peso adicional a la decisión.
Inclusive, al interior del grupo de los “duros” del morenovallismo, Banck es bien visto, lo cual es otro punto a su favor.
Lo único que tiene inquietos a quienes promueven la llegada de Banck -a quien califican de “genio” para ocupar la vacante- es su falta de poblanidad.
Y es que, aunque se va a tratar de una designación y no de una elección, el tema de que Luis no es poblano hace ruido, pero no el suficiente para dejarlo fuera de la jugada, aunque es un factor a tomar en cuenta, sobre todo cuando se busca integrar a más poblanos como parte del proyecto para ganar 2016.
Aunque muchos buscan dejar a un lado los resultados político-electorales de la lucha contra la pobreza, lo que es un hecho es que hay quienes resultaron beneficiados por los indicadores y uno de ellos es Luis Banck, que se ha convertido en el nuevo héroe del morenovallismo, lo cual lo perfila a despachar en el “Charlie Hall” durante los próximos 2 años con 8 meses. Y sin haber ido a una elección. ¡Eso sí es suerte!
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