Ricardo Morales
Muchos “tiradores” han salido en los últimos días aspirando a suceder a Rafael Moreno Valle Rosas al frente de los destinos del estado de Puebla.
Y es que pareciera ser atractivo ser gobernador de Puebla, aunque sea durante un periodo de un año y 8 meses, pero las preguntas son: ¿Realmente vale la pena? ¿Qué va a pasar con Puebla en ese periodo? ¿Qué fuerza real puede tener el próximo mandatario?
Las respuestas son interesantes: la verdad es que quien vea la mingubernatura como una buena oportunidad para obtener un botín político para su jubilación, se equivoca.
De entrada, el próximo gobernador, quien entrará en funciones a partir del 1 de febrero de 2017, tendrá todo en contra: el presupuesto que vaya ejercer no será diseñado por él, sino por su antecesor, con lo cual le dejarán atadas las manos para su primer año de administración, el que –supuestamente- podría ser atractivo.
En caso de recurrir algún reajuste presupuestal deberá acudir forzosamente al Congreso del Estado, el cual tiene una mayoría morenovallista aplastante.
Será entonces el coordinador de los diputados locales del PAN, Jorge Aguilar Chedraui, quien en realidad ejerza el poder desde el Legislativo. Esa es la verdad.
La minigubernatura fue diseñada para evitar cualquier traición, ya sea Tony Gali quien gane o cualquier otro candidato; el principal candado es el Legislativo local, el cual actuará como un contrapeso real contra quien sea sucesor del mandatario.
El presupuesto de 2018 será diseñado por el Congreso y no por el gobernador en turno. ¿Quién quiere gobernar de esa forma? Es la legislatura local –insisto- con abrumadora mayoría morenovallista y con un hombre como Aguilar Chedraui, quien sí sabe para qué es el poder, la que tendrá la última palabra.
El minigobernador no tendrá la fuerza suficiente para oponerse al Congreso, so pena de caer en un enfrentamiento en donde lo que estará en juego es la aprobación de sus cuentas públicas. ¿Alguien en su sano juicio estaría interesado en entrar en ese esquema?
Pocos, realmente pocos son los movimientos que podrá hacer al interior del gabinete; en lo personal veo a un Gali realizando no más de tres o cuatro movimientos y ratificando a la mayoría de los personajes que actualmente despachan, como parte del equipo del gobernador.
No hay tiempo para improvisar y la prioridad de ese año y 8 meses deberá ser la entrega ordenada de la administración estatal, so pena de incurrir o asumir múltiples anomalías que pudiera sancionar el próximo gobierno.
En caso de que gane otro candidato diferente a Gali las cosas serán peores para la entidad, ya que el nuevo gobernador querrá limpiar toda la administración pública con un costo altísimo para la entidad, si es que se da la improvisación.
De aquí a que los nuevos funcionarios se acoplen las cosas se complicarían, y más si se busca que haya ajuste de cuentas, como todo debería de indicar, y peor si el nuevo gobernador cae en la tentación de chocar contra el Congreso, en manos de Aguilar Chedraui.
Realmente son pocos los incentivos que pudiera haber para quien quiera ser minigobernador. Qué razón tenía Blanca Alcalá en criticar a su partido, a los más altos mandos del tricolor, por no pugnar por una reforma total en donde se incluyera el tema de la ampliación del periodo para 4 años y 8 meses.
Y es que, insisto, la minigubernatura se diseñó -desde un inicio- dentro de un esquema que le permitiera al gobernador Moreno Valle garantizar la continuidad de su administración y, por supuesto, salir bien librado luego de dejar la administración pública de Puebla.
Esto, hay que decirlo, es la principal razón por la cual Tony Gali debe ser marcado como favorito para ganar la elección del próximo año, aunque los priistas digan lo contrario.
También esto explica la molestia de la senadora Blanca Alcalá Ruiz, quien airadamente le ha reclamado a los diputados locales de su partido, a quienes incluso amenazó con acusarlos con el presidente Peña. Y es que realmente el esquema de la mingubernatura -como ya lo explique- está hecho para que sea el morenovalismo el que permanezca en Casa Puebla.
