Los gobiernos de Estados Unidos y México firmaron un acuerdo con el objetivo de poner fin de manera urgente y permanente a la crisis de aguas residuales en Tijuana, problemática que por décadas ha impactado la salud pública, el medioambiente y la calidad de vida en la región fronteriza.
El acuerdo fue suscrito a través de las secciones estadounidense y mexicana de la Comisión Internacional de Límites y Aguas (IBWC), con el respaldo de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA). El plan busca atender de forma integral las descargas de aguas residuales en el río Tijuana, una de las principales fuentes de contaminación transfronteriza.
El administrador de la EPA, Lee Zeldin, señaló que el acuerdo representa un avance relevante para enfrentar el problema, al establecer un marco que considera el crecimiento poblacional futuro de Tijuana y sus alrededores, así como la necesidad de mantener y operar adecuadamente la infraestructura existente y la que se construya en los próximos años.
De acuerdo con lo informado, el plan contempla el desarrollo de nuevos proyectos de infraestructura en México, además de programas de investigación, mejor monitoreo, planeación técnica y acciones para garantizar la correcta operación y mantenimiento de sitios críticos relacionados con el tratamiento de aguas residuales.
Entre los objetivos centrales del acuerdo se encuentra asegurar que las instalaciones actuales y futuras cumplan con las mejores prácticas internacionales, a fin de reducir riesgos ambientales y sanitarios en la cuenca del río Tijuana.
La EPA precisó que la Acta 333, instrumento mediante el cual se formalizó el acuerdo, no implica nuevos recursos de los contribuyentes estadounidenses, ya que se enfoca en la implementación efectiva de proyectos previamente acordados en un memorándum de entendimiento firmado en julio.
Cada una de las iniciativas incluidas en el plan se ejecutará durante 2026 y 2027, con un proyecto adicional programado para 2028. Con estas acciones, se espera reabrir playas, eliminar malos olores y revertir la degradación ambiental del valle del río Tijuana, una zona clave para ambas naciones.




