Hoy, 25 de noviembre, conmemoramos el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Esta fecha nos invita a reflexionar sobre una realidad que afecta a millones: la violencia de género no es un problema aislado, sino una violación sistemática de derechos humanos.
El propósito principal de este día es sensibilizar a la sociedad global sobre la violencia contra las mujeres y niñas, reconociéndola como una pandemia que cruza fronteras, culturas y clases sociales. Busca impulsar políticas públicas, aumentar recursos y fomentar la igualdad de género para erradicarla. En esencia, es un recordatorio de que la violencia no es inevitable: con acción colectiva, podemos transformarla en historia del pasado.
De la tragedia a la resistencia global, el origen de la fecha
La fecha del 25 de noviembre remite a un acto de brutalidad en 1960: el asesinato de las hermanas Mirabal (Patria, Minerva y María Teresa) en la República Dominicana, por oponerse a la dictadura de Rafael Trujillo. Conocidas como “Las Mariposas”, su muerte inspiró un movimiento feminista latinoamericano. En 1981, activistas en Bogotá declararon este día en su honor. Finalmente, en 1999, la Asamblea General de la ONU lo institucionalizó, marcando el inicio de 16 Días de Activismo contra la Violencia de Género.
Cifras alarmantes: la escala de la crisis
Las estadísticas revelan una emergencia silenciosa. A nivel global, México y Puebla no son excepción. Estas cifras exigen atención inmediata.
En el mundo
Casi una de cada 3 mujeres (30%) ha sufrido violencia física o sexual en su vida, afectando a unos 840 millones de mujeres desde los 15 años.
En 2024, 50 mil mujeres y niñas fueron asesinadas por parejas o familiares: una cada 10 minutos.
Además, 263 millones han enfrentado violencia sexual no por pareja, una cifra subestimada por el subregistro.
En México
Según la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (Endireh 2021, con tendencias a 2024), el 70.1% de las mujeres de 15 años o más ha vivido al menos un tipo de violencia: psicológica (51.6%), sexual (49.7%) o física (34.7%). Esto equivale a 10.6 millones de mujeres afectadas.
En 2024, se registraron 9 mil 849 atenciones hospitalarias por violencia sexual en niñas y adolescentes (1-17 años), representando el 92.8% de las víctimas.
El ciberacoso afecta al 22.2% de las mujeres en 2024, similar al 22.5% de 2020.
En Puebla
De 2021 a 2024, se contabilizaron más de 240 probables feminicidios, con la mayoría de víctimas halladas en zonas abandonadas o carreteras.
En 2024, Puebla registró 42 feminicidios, posicionándose como el séptimo estado con más casos; el 31% afectó a mujeres mayores de 18 años.
En los primeros cinco meses de 2025, los casos de violencia familiar contra mujeres subieron 17% respecto a 2024, con 319 denuncias.
Estas números no son abstractos: son vidas truncadas, familias destrozadas y un llamado a la urgencia.
Medidas prácticas: ¿qué proponen, han funcionado?
Erradicar la violencia requiere acción concreta. Organismos como ONU Mujeres, OMS y expertos regionales destacan medidas probadas, aunque su éxito depende de implementación sostenida. Aquí, algunas clave y su efectividad:
- Educación y prevención remprana: Programas escolares y comunitarios que fomentan la igualdad de género y detectan riesgos tempranos. En América Latina, intervenciones combinadas (individuales, familiares y colectivas) han reducido un 20-30% la recurrencia de violencia, según estudios de la OPS/OMS. Funcionan cuando son obligatorios y culturales, como en Chile con su Norma NCh3262 para igualdad laboral.
- Leyes y medidas de protección: Declaratorias de Alerta de Violencia de Género (como en Puebla desde 2019) y órdenes de alejamiento inmediata. En México, han salvado vidas en un 15-25% de casos, pero fallan por lentitud judicial; su efectividad sube con capacitación policial.
- Apoyo a sobrevivientes: Líneas de ayuda (como el 911 en México), refugios y terapia gratuita. Donaciones y amplificación de voces han empoderado a millones, reduciendo el aislamiento en un 40%, de acuerdo con UN Women. En la región, programas como los de la Convención de Belém do Pará han aumentado denuncias en 50%, rompiendo el ciclo.
- Políticas públicas integrales: Condena estatal sin excusas culturales y presupuestos dedicados. En Latinoamérica, han bajado feminicidios en 10% en países con enfoques holísticos, pero persisten brechas por falta de fondos.
Estas medidas funcionan cuando son interseccionales: abordan raíces como machismo y pobreza. Sin embargo, el progreso es lento; urge más inversión y voluntad política.
Este 25 de noviembre no es solo conmemoración: es acción. Denuncia, educa, apoya. Juntos, podemos convertir cifras en esperanza. ¿Y tú? ¿Qué harás hoy por un mundo sin violencia? Comparte, actúa, transforma.
