Con más de 70% de aval de los ciudadanos, cifra que ha resistido incluso las andanadas de la oposición, por ejemplo, por el gravísimo caso Uruapan, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo se prepara para salir de nuevo a hacer campaña y aparecer en la boleta, para echarse sobre los hombros a las candidatas y los candidatos de su partido –algunos débiles y otros impresentables– y asegurar así la consolidación del régimen en las elecciones intermedias de 2027.
Las bancadas mayoritarias del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) en el Congreso de la Unión contemplan modificar la Constitución para permitir que la consulta sobre la revocación de mandato de Sheinbaum se realice el mismo día que las elecciones federales intermedias.
Se trataría de un adelanto de esa votación sobre su permanencia en la Presidencia.
Ese proceso federal intermedio, en el que también hay elecciones judiciales, es además concurrente con 17 comicios para gobernador o gobernadora y se elegirán asimismo 30 poderes legislativos estatales.
En 12 de los estados en que está en juego la gubernatura, actualmente gobierna Morena.
En Puebla se elegirán 41 diputados y diputadas y 217 ayuntamientos, además de que se celebrará la primera elección judicial estatal.
En total, en la cita con las urnas del 6 de junio de 2027 estarán en juego 6 mil 588 cargos.
17 gobernaturas, 500 diputados federales, mil 116 diputados locales, 2 mil 246 ayuntamientos, 859 juzgadores federales y mil 800 juzgadores locales –incluidos los poblanos.
Para acabar pronto: es una elección madre en la que, además, la cuarta transformación (4T) se juega la ruta hacia su permanencia en Palacio Nacional para 2030.
La iniciativa para esa modificación constitucional fue presentada el 18 de septiembre pasado por el diputado Alfonso Ramírez Cuéllar.
El zacatecano no es cualquier diputado.
Es más, que haya sido él quien la presentó tiene un mensaje muy contundente.
Ramírez Cuéllar es el legislador de más confianza de la presidenta.
Más de una ocasión, desde Palacio Nacional se ha impulsado que sea él quien sustituya en la coordinación del Grupo Parlamentario de Morena, su paisano Ricardo Monreal Ávila.
Sin embargo, no se ha conseguido, por el tejido de complicidades que el ex gobernador zacatecano tiene con sus coordinados.
La propuesta de Ramírez Cuéllar plantea que se permita lo que hoy está expresamente prohibido: que la consulta sobre revocación de mandato se lleve a cabo el mismo día que la jornada electoral del proceso federal intermedio.
La argumentación podría ser válida: el ahorro.
Pero no somos ingenuos.
Y que sea Alfonso Ramírez Cuéllar el mensajero lo dice todo.
La presidenta ha dicho que “está muy bien” ese adelanto de la fecha de la consulta.
Por supuesto, la oposición se resiste a esa modificación constitucional, pero eso no es tema, porque Morena se basta, solo al natural o artificialmente, para construir la mayoría calificada que se requiere y luego el aval de la mitad más uno de los congresos locales.
¿Qué es lo único que puede frenar esa posibilidad?
Las guerras legislativas intestinas de Morena.
Pero eso no conviene a nadie en ese partido, porque tener a Sheinbaum abiertamente como jefa de campaña y haciendo proselitismo junto con candidatos y candidatas –algunos débiles y otros impresentables– sería un sueño cumplido para los morenistas.
Sheinbaum a la boleta y un triunfo asegurado.




