Cada vez son más los reclamos contra Uriel Erazo, delegado de Profeco en Puebla, quien al parecer ha resultado una fichita. Hace algunas semanas varios medios de comunicación dieron cuenta de señalamientos por revisiones extraordinarias y extorsiones por parte del titular a través de algunos de sus verificadores.
Tan fue así que apenas la semana pasada, en la presentación de El Buen Fin, los principales cuestionamientos de la prensa contra el delegado giraron precisamente en torno a eso: corrupción.
Por supuesto, Uriel Erazo lo negó y hoy ejerce el poder de forma abusiva. Lo entiendo, pero no lo justifico, hasta el sexenio pasado Uriel estaba dentro del servicio de Ayudantía de Presidencia abriendo y cerrando puertas para que el presidente y sus funcionarios entraran y salieran.
Ahí conoció al hoy titular de Profeco, quien le consiguió una chamba.
Ya saben qué pasa cuando alguien sin poder llega a tenerlo de alguna forma, y, en este caso, sucedió peor porque hay fuertes sumas de dinero de por medio.
La Profeco comenzó, desde la semana pasada, a revisar pequeños negocios. Negocios familiares que poco saben de algunas reglas de la procuraduría del consumidor, hablo de cosas como entrega de tickets, recepción de efectivo y posibilidad de facturar.
Con el pretexto de una revisión “random”, los verificadores de Erazo llegan y claro que encuentran “errores” para clausurar comercios.
Bueno, apenas en julio, el delegado varguitas clausuró tres restaurantes en el Centro Histórico de Puebla y cuando estos decidieron hacerlo público, uno de ellos fue señalado por “intentar extorsionar” sin que hubiera pruebas de por medio.
Así, el delegado quiso pintarse como incorruptible, pero no es así.
Hace unos días, la Profeco clausuró la panadería “La Antigua Blanca”, empleados de la Procuraduría, quienes pidieron la gracia del anonimato, se pusieron en contacto con Ambas Manos.
Me dicen que sintieron remordimiento por los dueños del lugar, una familia que tiene más de 100 años con el negocio y que viven solo de él.
¿La razón de la clausura?
Un error en cómo están los tickets que entregan.
¡Háganme el favor!
Estoy segura que, si me están leyendo, de verdad han sido víctimas de abusos por tiendas a las que la Profeco ni se asoma.
Pero bueno, el empleado con remordimiento me dice que la razón de la clausura de la panadería es familiar. Uno de ellos se separó del negocio, abrió otra panadería en la misma calle y contactó al delegado a ver si le hacía un favorcito.
Espero que haya cobrado no más un pancito diario, porque se ve que trae hambre.
El caso es que a sus empleados ya no les está gustando nada el vuelco que ha tomado la Procuraduría y ya se organizan para denunciar a su delegado.
Más después de que apenas lanzaron una advertencia velada a restaurantes y otros comercios.
Sentémonos a esperar, porque es cuestión de tiempo.

