Bajo la falsa fachada de que es un movimiento ciudadano y apartidista, la oposición en San Pedro Cholula, bajo la batuta de la ex legisladora perredista Roxana Luna Porquillo, ya se organiza y está armando manifestaciones públicas en contra de Morena rumbo a intentar ganar los comicios de 2027. Un esfuerzo que es legítimo y comprensible. Lo que no es entendible y suena a deslealtad es que actores de la 4T estén abiertamente participando en ese proyecto y tengan una actitud en contra del gobierno morenista de la edil Tonantzin Fernández Díaz.
Quien estaría en esa actitud de tener un doble juego en torno a la 4T es el exalcalde de San Pedro Cholula Luis Alberto Arriaga Lila, quien en 2018 llegó a ese cargo bajo las siglas de Morena y ahora conspira en contra del ayuntamiento morenista de dicho municipio.
Situación que llama la atención, ya que por un lado ocupa un alto cargo en el Gobierno estatal surgido de las filas de Morena, ya que es subdirector médico del ISSSTEP; y en otro flanco, estaría siendo parte de la organización de una marcha que se está convocando en contra el gobierno cholulteca.
Algunos actores sociales dicen que varios de los que fueron funcionarios en la administración de Arriaga están formando parte del armado de esa movilización. Y otros dicen que el propio ex edil habría participado directamente en algunas reuniones con los organizadores.
Se puede entender y hasta resulta políticamente sano que un miembro de la 4T discrepe, sea mordaz o distante de un gobierno de Morena. Es un valor de la democracia el ejercer la crítica y el disentir.
Lo que no se puede admitir es que un morenista, como es el caso de Arriaga, se una a los grupos de la oposición, es decir al PAN, el PRI y Movimiento Ciudadano que han creado la organización Todos por Cholula, que tiene como propósito el ganarle a la 4T el ayuntamiento de este municipio conurbado a la capital.
Con ese comportamiento de Arriaga se pisa el terreno de la deslealtad política.
Para el próximo domingo 23 de noviembre se está llamando a una falsa marcha ciudadana en contra del gobierno de Tonantzin Fernández, que partirá de la calzada Guadalupe y concluirá en el zócalo cholulteca. Se pide que los asistentes vayan vestidos de blanco y la justificación es la siguiente:
“Marchamos por la seguridad, contra la corrupción, por los baches, por la falta de obra pública, por el agua, por la basura, por menos fotos y más resultados”.
La llamada “Caminata por la defensa de Cholula” no tiene nada de ciudadana, ya que atrás de esta movilización está la ex diputada federal Roxana Luna Porquillo, quien en las últimas semanas ha estado construyendo un frente en el que busca unir a panistas, experredistas, a priistas y miembros de Movimiento Ciudadano, para formar un proyecto único de toda la oposición que pelee la alcaldía cholulteca dentro de dos años.
Es un derecho que tiene Luna en su carácter de opositora y de ex candidata que perdió los comicios locales en 2024, en los que compitió bajo las siglas del PAN, luego de que años entes traicionó sus convicciones de izquierda y se unió a la derecha poblana.
Hasta ahora, Luna Porquillo no ha logrado una destacada respuesta ciudadana a sus planes, pues mucha gente tiene claro que los actuales problemas de inseguridad y, sobre todo, el grave deterioro de los pavimentos, se generó en el gobierno panista anterior, encabezado por Paola Angon, quien fue hasta desconocida por el propio PAN debido a lo mal que se desempeñó.
Una larga lista de deslealtades
De ser cierto el doble juego de Luis Alberto Arriaga, a nadie le debe extrañar, ya que la deslealtad ha sido su principal signo político.
Arriaga fue diputado local del PRI y en esa época no dudaba en calificar a Andrés Manuel López Obrador de ser “un populista y mentiroso” que ponía en peligro a México.
Luego de su periodo de tres años de legislador, se quedó en la orfandad política. El PRI le dio la espalda.
Fue el entonces edil de San Pedro Cholula, José Juan Espinosa Torres, quien lo rescató del olvido priista de la siguiente manera: lo hizo candidato de Movimiento Ciudadano a legislador federal, lo nombró funcionario de su administración municipal y lo impulsó para que, bajo las siglas de Morena, fuera su sucesor en la alcaldía cholulteca, empresa que fue un éxito.
Espinosa ha narrado en varias ocasiones que, luego de dejar el cargo de alcalde, el primero que le dio la espalda y lo traicionó fue Luis Alberto Arriaga, situación que fue fundamental para que el exedil se convirtiera en un perseguido político, que lo llevó a exiliarse dos años en el extranjero, a dejar la 4T y sumarse al PRI.
Años más tarde, cuando Arriaga ya estaba en la parte final de su gobierno y fracasó en su intento de ser candidato de Morena para buscar reelegirse, fue “un secreto a voces” que su gobierno se orientó en sabotear al entonces candidato de la 4T a la alcaldía de San Pedro Cholula, Julio Lorenzini, y en cambio ayudó a la aspirante panista Paola Angon Silva, quien finalmente ganó.
Así como ha sido su comportamiento, no sería atípico que Arriaga ahora sea parte de la gestión estatal del gobernador Alejandro Armenta y en un futuro, se acabe convirtiendo en un detractor del armentismo.




