El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó en una entrevista con el programa 60 Minutes que cree que “los días de Nicolás Maduro están contados”, aunque evitó confirmar que Washington esté dispuesto a entrar en una guerra contra Venezuela. La conversación con la periodista Norah O’Donnell, grabada el viernes y transmitida este domingo, expuso la tensión diplomática y el fuerte despliegue militar estadounidense en la región.
Preguntado sobre la posibilidad de un conflicto armado, Trump respondió con cautela: “lo dudo. No lo creo.” Sin embargo, al ser interpelado si consideraba que el liderazgo de Maduro estaba por terminar, fue tajante: “diría que sí, creo que sí”. Más adelante esquivó la respuesta sobre ataques terrestres: “no digo que sea cierto o falso… No me inclinaría a decir que yo haría eso. Pero no te voy a decir qué voy a hacer con Venezuela, si es que lo voy a hacer o no”.
🇺🇸🇻🇪‼️ | CBS: ¿Están contados los días de Maduro como presidente de Venezuela?
Donald Trump: Yo diría que sí.pic.twitter.com/3iR0F4hapa
— UHN Plus (@UHN_Plus) November 3, 2025
La entrevista se dio en el marco de un aumento notable de presión militar y operativa de Washington cerca de las aguas venezolanas. Estados Unidos mantiene en la zona una decena de buques, desplegó aviones F-35 y anunció la llegada del portaaviones USS Gerald Ford, el buque más moderno de su flota. Según los informes citados durante la conversación, alrededor de 10 mil soldados están destacados en la región para apoyar operaciones navales y aéreas.
Trump defendió además la campaña de ataques a embarcaciones que la Casa Blanca atribuye al narcotráfico, una estrategia que comenzó a intensificarse en septiembre. Desde el 2 de septiembre, Estados Unidos ha llevado a cabo al menos 16 ataques extrajudiciales contra embarcaciones en el Caribe y el Pacífico, operaciones que, según Washington, buscaban impedir el traslado de drogas hacia su territorio. En esos incidentes habrían muerto al menos 64 personas, con solo tres sobrevivientes confirmados públicamente. El secretario de Defensa ha acompañado a sus comunicados videos de proyectiles impactando embarcaciones y ha vinculado algunas de ellas con organizaciones designadas por Washington como terroristas.
La Casa Blanca ha elevado la retórica contra el gobierno de Maduro: acusa a Caracas de convertirse en un “narcoestado”, sostiene que sus prisiones e instituciones fueron vaciadas y que parte de esos expulsados han llegado a Estados Unidos. Trump incluso autorizó a la CIA a desarrollar misiones encubiertas en territorio venezolano y aumentó a 50 millones de dólares la recompensa por la captura del presidente venezolano, según los datos manejados por su administración.
Fuentes especializadas en defensa han alertado que el despliegue en la región podría llegar a sumar ocho buques de guerra, tres buques anfibios y un submarino, en lo que algunos analistas describen como el mayor movimiento naval estadounidense en el Caribe desde la Guerra del Golfo. Algunos medios estadounidenses han publicado, citando fuentes cercanas al gobierno, que Washington evalúa la opción de bombardear instalaciones militares dentro de Venezuela si la situación lo amerita; reportes que Caracas ha rechazado y denunciado como preparativos para una intervención.




