La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, condenó “con absoluta firmeza” el asesinato del presidente municipal de Uruapan, Michoacán, Carlos Manzo Rodríguez, ocurrido la tarde de ayer sábado durante un ataque armado al término del Festival de las Velas.
A través de un mensaje difundido en sus redes sociales, Sheinbaum expresó sus condolencias “a la familia y seres queridos, así como al pueblo de Uruapan ante esta irreparable pérdida”, y aseguró que su gobierno actuará con toda la fuerza del Estado para que no haya impunidad.
“Desde el momento en que se tuvo conocimiento de este grave hecho, hablé con el gobernador de Michoacán y con el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, quien ha mantenido comunicación constante con el fiscal del estado”, señaló la mandataria federal.
Sheinbaum informó que convocó a una reunión del Gabinete de Seguridad Nacional para garantizar el apoyo al gobierno michoacano y reforzar las acciones en la región. Añadió que los mandos de Defensa y Guardia Nacional mantenían comunicación con el alcalde y que este contaba con protección federal.
Asimismo, adelantó que el Gabinete ofrecerá una conferencia de prensa para informar con transparencia los avances de la investigación.
“Estos hechos tan lamentables nos impulsan a fortalecer aún más la Estrategia Nacional de Seguridad. Reafirmamos nuestro compromiso de alcanzar la paz y la seguridad con cero impunidad y justicia”, subrayó.
Mensaje del secretario de Seguridad y Protección Ciudadana de México, Omar García Harfuch, en torno al asesinato de Carlos Manzo, presidente municipal de Uruapan:
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Un crimen que conmociona a Michoacán
Carlos Manzo, de 40 años y primer alcalde independiente en la historia de Uruapan, fue atacado a balazos en el centro del municipio tras encabezar un evento cultural. Resultaron heridos su escolta y un civil. El edil fue trasladado con vida a un hospital, donde más tarde se confirmó su fallecimiento.
El Gabinete de Seguridad federal informó que dos presuntos agresores fueron detenidos y un tercero abatido durante el operativo de respuesta.
Manzo había denunciado en diversas ocasiones amenazas del crimen organizado y solicitado respaldo del Gobierno federal. En sus declaraciones públicas advirtió que no pactaría con los grupos delictivos que operan en la región.
“A mí me podrán matar, pero no al pueblo de Uruapan”, dijo semanas antes de su asesinato, en un mensaje que hoy resuena con fuerza.
Su gestión se caracterizó por una política de “cero tolerancia” al crimen organizado, la implementación de operativos locales y la exigencia constante de mayor presencia federal.
El asesinato del alcalde deja al descubierto la vulnerabilidad de los gobiernos municipales en regiones afectadas por la violencia criminal y representa un nuevo desafío para la administración federal en su estrategia de pacificación.





