El huracán Melissa ha dejado una estela de devastación y muerte en el Caribe, con al menos 32 personas fallecidas, miles de desplazados y graves daños materiales en Haití, Jamaica, Panamá, República Dominicana y Cuba.
Según los reportes oficiales, Haití es el país más golpeado, con 23 víctimas mortales, la mayoría por el desbordamiento del río La Digue en Petit-Goâve, al sur de Puerto Príncipe. Entre los fallecidos hay al menos 10 niños, mientras que 13 personas permanecen desaparecidas y más de 13 mil 800 han sido desplazadas de sus hogares. Las lluvias torrenciales continúan y una docena de ríos se mantienen crecidos, afectando carreteras, viviendas, escuelas e iglesias.
En Jamaica, Melissa alcanzó la categoría 5 en la escala Saffir-Simpson, dejando cuatro muertos, más de 500 mil personas sin electricidad y amplias zonas incomunicadas por inundaciones y derrumbes. Las autoridades reportan severos daños en viviendas y cultivos.
Cuba fue el último país en sentir el impacto directo del ciclón, que llegó con categoría 3, causando inundaciones masivas, derrumbes y pérdidas agrícolas. Aunque no se han confirmado víctimas mortales, la Defensa Civil advirtió que muchos municipios permanecen aislados y sin energía eléctrica, especialmente en la región oriental.
El Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos informó que Melissa se desplaza debilitada hacia las Bahamas, donde aún se esperan marejadas ciclónicas peligrosas y lluvias intensas.
El presidente cubano Miguel Díaz-Canel calificó la situación como una “madrugada muy compleja” y reconoció los “daños cuantiosos” provocados por el fenómeno, el primero que toca tierra en Cuba en 2025.




