Alfonso González
El grupo morenovallista parece que por fin entendió y está convencido de que debe dar un viraje a su estrategia para poder mantener el poder y darle continuidad al proyecto de su líder, el gobernador Rafael Moreno Valle Rosas.
Y es que en lugar de estar buscando culpables de la derrota que sufrió en los comicios federales del pasado 7 de junio, y estarse pegando hasta con la cubeta, lo que debe hacer es conciliar y recomponer sus relaciones.
En efecto, parece que por fin alguien decidió tomar la batuta, dar un manotazo en la mesa y reorganizar y reagrupar a los soldados morenovallistas que contribuyeron a que su jefe pudiera derrocar al PRI para ingresar y establecerse en Casa Puebla en aquel 2010.
Hoy, el objetivo principal no es otro que ganar la próxima elección local, la minigubernatura de un año con 8 meses, y poder perpetuar su control en el estado por al menos dos años más.
Para ello ya sostienen reuniones, intercambian opiniones, ideas y, sobre todo, reclutan nuevos cuadros que aporten opiniones frescas para enfrentar con éxito los comicios locales que se avecinan en 2016 y 2018.
Eso sí, todos coinciden en una cosa, en la urgencia de cerrar filas en torno a la figura de Tony Gali, presidente municipal de Puebla.
Los morenovallistas saben perfectamente que es Tony el único personaje que podría competir con éxito contra el PRI y el resto de las fuerzas políticas en el proceso electoral donde se renovará la gubernatura.
Porque los obstáculos que tienen que librar para alzarse con el triunfo son muchos y muy variados: Morena, las candidaturas independientes, las alianzas y/o coaliciones que pueda concretar el PRI además de con el Verde, la inconformidad y molestia de la gente por las fotomultas, por RUTA, por los excesivos cobros del agua, entre muchos otros.
Los panistas morenovallistas están convencidos de que si pierden la próxima elección entonces todo estaría terminado para ellos y para su partido.
Tal vez por eso los integrantes del grupo político más cercano al gobernador ya empezaron a apoyar y a perfilar a Tony Gali como la mejor opción que tienen su grupo y su partido para competir por la famosa minigubernatura de casi dos años.
Tan sólo ayer la diputada local Patricia Leal Islas, quien se había dicho estaría inconforme con la postulación del edil capitalino ya le brindó públicamente todo su respaldo a Tony, sobre quien apostará su capital político y su estructura para convertirlo en el próximo gobernador.
Lo mismo hizo el gobernador Moreno Valle, quien ya dio su visto bueno públicamente a la candidatura de Tony Gali.
Habrá que ver cómo es que se mueve el resto del grupo morenovallista, dígase Jorge Aguilar Chedraui, Eukid Castañón Herrera y demás integrantes de la burbuja que controla el poder en Puebla.
Los morenovallistas deben entender que primero deben recomponer las cosas, hacer ganar a Tony Gali en la próxima elección y ya después pensar en sus respectivas aspiraciones de cara a los comicios de 2018.
De lo contrario están perdidos.
Bien dicen los morenovallistas más sensatos “el tiempo apremia, y si no nos reagrupamos, unificamos fuerzas y nos aplicamos en una nueva estrategia y en un sólo proyecto, nos va a llevar la chingada”.
Afortunadamente, reconocen sus errores y graves pifias, así como el triunfo priista el cual tampoco fue fortuito.
Ahora ya sólo falta ver que se respeten y no se desgreñen por la sucesión de Tony Gali.
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