Corría el año de 1983, el primero de la administración que encabezaba el entonces presidente Miguel de la Madrid Hurtado, cuya gestión tenía como bandera “la renovación moral”, que tenía como objetivo crear una Secretaría Anticorrupción, la llamaron Contraloría.
El primer caso simbólico que tomó en sus manos esta dependencia fue el del entonces senador por Sonora Jorge Díaz Serrano, exdirector de Pemex y amigo cercano al entonces ya expresidente José López Portillo, quien había elegido a Miguel de la Madrid como su sucesor, por encima de amigos cercanos como el propio Díaz Serrano o el entonces presidente del PRI, Javier García Paniagua, padre del hoy secretario de seguridad, Omar García Harfuch.
Díaz Serrano había sido director de Petróleos Mexicanos (Pemex) de 1976 a 1981, a este personaje le tocó el auge petrolero de México, con los hallazgos de Cantarell, que convirtieron a nuestro país en ese momento en la cuarta potencia mundial en materia de exportación de crudo y sus reservas.
En 1982, Díaz Serrano fue designado embajador de México ante la entonces todavía Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y en ese mismo año, fue electo senador precisamente para gozar del fuero constitucional y obtener impunidad al término de la gestión de su amigo, López Portillo.
El 28 de junio de 1983, la entonces Procuraduría General de la República (PGR) solicitó el retiro de su inmunidad parlamentaria, acusándolo de un fraude por 5 mil 100 millones de pesos de aquellos días, equivalente hoy a unos 34 millones de pesos, por la adquisición, ojo, de dos buques petroleros, llamados Abkatún y Cantarell, los cuales supuestamente se adquirieron a sobreprecio a empresas extranjeras.
El presidente De la Madrid, giró instrucciones a su amigo el diputado federal y presidente de la Comisión Instructora, Mariano Piña Olaya, su viejo compañero de la Facultad de Derecho de la BUAP, para desaforar a Jorge Díaz Serrano, lo cual ocurrió en tan solo 32 días, el 31 de julio de 1983. Acto seguido, se presentó ante el juez noveno de Distrito y quedó detenido durante cinco años. En 1988, a punto de concluir la gestión de Miguel de la Madrid, Díaz Serrano obtuvo su libertad.
Comentario al margen, con ese acto, el guerrerense Piña Olaya se ganó la candidatura del PRI a la gubernatura de Puebla.
Pero, retomando el tema, todo esto viene a colación porque se dice que el senador de la República Adán Augusto López, amigo, hermano del expresidente López, podría ser desaforado para ser juzgado por su relación con Hernán Bermúdez Requena, líder de La Barredora y también por enriquecimiento ilícito. Todo esto si le sigue jugando las contras a la presidenta Sheinbaum.
El caso del artículo transitorio aprobado en el Senado la semana pasada, para hacer retroactivos los cambios a la ley de amparo, parece ser la “gota que derramó el vaso” de la paciencia de la presidenta, luego de ofrecer al senador tabasqueño un puesto en el servicio exterior mexicano, a cambio de su licencia.
El problema es que Adán Augusto ya le mandó un mensaje a la mandataria, en el sentido de que la mayoría en el Senado lo apoya a él y al expresidente López, 70 senadores de Morena fueron con el tabasqueño y aprobaron el transitorio, lo que no es un asunto menor.
Sheinbaum tampoco tiene la mayoría en San Lázaro, sus leales, encabezados por Alfonso Ramírez Cuéllar, no pasan de 20 diputados federales, los cuales son insuficientes para desaforar a Adán.
La presidenta tendría que pedirle el favor del coordinador de los diputados federales de Morena, Ricardo Monreal, quien cobraría a precio de oro el servicio, posiblemente la candidatura de su hermano senador Saúl al Gobierno de Zacatecas y la Alcaldía Cuauhtémoc, ahora sí para su hija Caty, y aún así quién sabe.
El presidente de la Comisión Instructora es el pastor evangélico (pentecostés) Hugo Eric Flores, fundador del Partido Encuentro Social (PES) y hoy militante de Morena.
El círculo parece cerrarse en torno a Adán Augusto, quien parece confiar totalmente en su amigo, el expresidente, cuya sombra sigue pesando en Palacio Nacional.
Lorenzo Rivera será el nuevo dirigente estatal del PRI
Al parecer hay buenas noticias para el PRI poblano, pues todo parece indicar que el expresidente municipal de Chignahuapan Lorenzo Rivera Nava será el nuevo dirigente estatal de este partido político, al cual muchos dan por desahuciado o hasta muerto.
Lorenzo tiene 36 años de edad y tiene ya experiencia dentro de su partido, pues se formó desde hace muchos años en las filas del tricolor, siendo en algún momento dirigente juvenil y secretario particular del entonces presidente estatal, Pablo Fernández del Campo.
La relación de Lorenzo Rivera con el dirigente nacional del tricolor, Alejandro “Alito” Moreno, es muy buena y algo que no se debe de perder de vista es que “Alito” parece tener una alianza con la presidenta Claudia Sheinbaum, pues se ha convertido en el ariete para golpear al defenestrado Adán Augusto López y al impresentable de Gerardo Fernández Noroña, a quienes trae en jaque.
Para el PRI al que muchos dan por muerto, pueden venir nuevos aires de la mano de Lorenzo quien además es un hombre preparado con estudios de maestría en Administración Pública y está por terminar su doctorado.
Aun sin ser designado, Rivera Nava se ha dado a la tarea de buscar a todos los viejos liderazgos del tricolor para sumarlos a su proyecto y tratar de que algunos regresen a las filas del “partidazo”.
Destaca la labor de Villegas
Andrés Villegas, diputado del Distrito 15 con cabecera en Tecamachalco, se posiciona en el Top 10 de los diputados de Morena mejor evaluados a nivel nacional, de acuerdo con el ranking de Congresistas.
Con 11 iniciativas de ley presentadas en el Congreso local, Villegas ocupa el puesto número 10, destacando por su compromiso legislativo y trabajo constante en favor de las y los poblanos. Sin duda, es de los más destacados de la actual legislatura.