Manuel Bartlett Díaz lo hizo cuando fue gobernador de Puebla. El hombre nacido en Tabasco e hijo de quien fuera gobernador de aquella entidad y quien decretó la expropiación petrolera, cuando gobernó Puebla impulsó y creó una nueva clase política en Puebla.
La Puebla antigua que gobernaba Bartlett estaba aferrada a una vieja clase política que se trasladaba el poder desde la época de Maximino Ávila Camacho, el artífice de la Puebla del siglo XX.
Bartlett se dio a la tarea de crear a nuevas figuras, fue así como surgieron los Jorge Estefán, los Nacho Mier, las América Soto, las Rocío García Olmedo, las Blanca Alcalá, los Julio César Bouchot, los Salomón Jauli, los José Luis Flores, los Carlos Meza y hasta los Mario Marín.
Mario Marín trató de hacerlo con su propio grupo impulsado a los Javier López Zavala, los Javier García, los Jorge Mendoza, los Mario Montero, los Valentín Meneses y a los Alejandro Armenta.
Rafael Moreno Valle buscó también impulsar nuevos perfiles como los Fernando Manzanilla, los Marcelo García Almaguer, los Mario Riestra, los Jorge Aguilar Chedraui, los Eukid Castañón, los Tony Gali padre e hijo y las Martha Erika Alonso, solo por mencionar algunos.
Hasta Miguel Barbosa buscó impulsar a su grupo encabezado por los Julio Huerta, los Sergio Salomón Céspedes, los Andrés Villegas, los Gabriel Biestro, las Vero Vélez, las Nora Merino, las Mónica Silva, por citar nombres.
Ahora, Alejandro Armenta busca impulsar a su propia clase política, concepto que por cierto da nombre a mi programa radiofónico, el cual vio la luz un 7 de febrero de 2007 en la entonces ABC Radio de El Sol de Puebla.
Pero, volviendo al tema, Armenta busca la creación de una nueva clase política propia que lleve su sello, encabezada por su jefe de Gabinete, José Luis García Parra, quien es su discípulo más leal y más aventajado; la líder del Congreso local, Laura Artemisa García Chávez; el director del programa estrella de su administración, la obra comunitaria, Edgar Chumacero; la secretaria del Deporte, Gaby “La Bonita” Sánchez; la secretaria de Turismo, Carla López-Malo; el subsecretario de Desarrollo Social y encargado de la obra comunitaria en la capital, Mario Montero; la secretaria de Innovación y Tecnología, Celina Peña, y hasta el nuevo secretario general de la BUAP, Damián Hernández Méndez.
¿Hasta dónde le va a dar al gobernador y a su grupo? Eso está por verse, pero de entrada sí puedo decir que veo a varios de estos personajes como futuros aspirantes a diputados locales y quizá algunos hasta federales.
Se trata de otra generación, de sangre nueva, algunos ciertamente pertenecientes a algunas familias con participación política, lo cual hasta cierto punto es natural no solo en México, sino en el mundo.
¿Logrará Armenta lo que otros no han podido, el generar una dinastía? Quién sabe, va a depender mucho del 2027, en donde la clave va a ser la candidatura a la Presidencia Municipal de Puebla, pero de que la nueva generación está en la jugada, está en la jugada.
#OMG 😱😱😱 me lo guarde hasta ahorita, pero en la tarde iba manejando y miren nada más lo que me encontré… 👍👍👍 Trabajo al 100 por ciento de la líder del @CongresoPue @artemisa_laura. @PrimeraPPuebla @Primera_PlanaP pic.twitter.com/A0511L5aCM
— Ricardo Morales Sánc (@riva_leo) October 2, 2025
Desde Roma hay una poderosa señal
Ayer, a través de sus redes sociales, el padre Eugenio Lira Rugarcía compartió una foto muy poderosa, saludando a su amigo el papa León XIV, Robert Francis Prevost.
Muy pocos lo saben, pero cuando el hoy papa era obispo de la Diócesis de Chiclayo en Perú, Eugenio Lira era el secretario general de la Conferencia del Episcopado Latinoamericano (CELAM), en donde conoció al hoy papa y entabló una gran amistad.
Lira pone muy nerviosa a la curia poblana, quien lo quiere fuera precisamente de esta ciudad, pero todo apunta a que el próximo año el padre Eugenio estaría de regreso en Puebla y si no es así, puede convertirse en cardenal.
Ni duda cabe, la vida da muchas vueltas. Quienes lo obligaron a exiliarse, ahora podrían verlo de vuelta en la ciudad de los ángeles y los demonios, porque la grilla eclesiástica es muchas veces tan ruda como la misma política y eso pone muy nerviosos a muchos.