Jorge Rodríguez Corona / A Puerta Cerrada
Apenas superada la jornada electoral, los diputados locales del PAN, con excepción de Pablo Montiel, formalizaron el espaldarazo que se esperaba para ratificar a Jorge Aguilar Chedraui como líder de la bancada.
Amparados en el artículo 88 de la Ley Orgánica del Congreso del Estado, que faculta a los integrantes de cada grupo legislativo a nombrar y remover a su coordinador, según decida la mayoría, ofrecieron una conferencia de prensa para anunciar la permanencia del ex secretario de Salud al frente de esa responsabilidad.
La observancia y ejecución de la ley les da la razón y deja sin efecto la destitución pretendida por Rafael Micalco.
Sin embargo, es muy probable que el diferendo con su aún dirigente estatal continúe.
Si a los diputados los avala la legislación, a Micalco, los estatutos del PAN, que le permiten nombrar y remover al coordinador de bancada cuando guste.
Ahí se ubica el punto de conflicto.
Para el Poder Legislativo, Jorge Aguilar es y será el representante de los panistas en el Congreso, lo que no impedirá que Micalco recurra a los órganos internos del blanquiazul para tratar de alargar la pugna.
Lo que puede esperarse del final es que el CEN del partido apoye a los diputados que dieron la conferencia de prensa y pida al dirigente estatal que acate la decisión de la mayoría.
Otra ruta podría ser que allá mismo, en la sede nacional del partido, decidan esperar a que concluya el periodo de Micalco para que sea un nuevo dirigente quien manifieste el respaldo al diputado Aguilar Chedraui.
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Hasta donde se sabe, pese al resultado electoral del 7 de junio, José Antonio Gali Fayad se mantiene como la carta del morenovallismo para encarar la sucesión de gobernador de 2016.
De hecho, el descalabro obliga al grupo en el poder a contender con su mejor precandidato, el de mayor potencial de voto, y a menos que en los meses por venir se presentara una sorpresa mayúscula, ese sigue manifestándose en la persona del presidente municipal de Puebla.
El ingreso de José Cabalán Macari como tercero en discordia quedó en una mera especulación tras conocerse la derrota sufrida, aun como candidato suplente, en el distrito 12.
Si algún proyecto político se desea todavía para Cabalán, en el futuro, habrá que esperar un buen rato para consolidarlo.
Una enseñanza que Gali Fayad puede recoger de lo ocurrido el domingo es que debe armar una estructura político-electoral propia, una que le responda en primer lugar a él y que lo libere del riesgo que implica depender de terceras personas.
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Ahora que el gobernador Rafael Moreno Valle no ha tenido problema en confirmar en público una de las herramientas de competencia electoral más eficientes de las que hará uso en el 2016, la coalición de partidos opositores al PRI, los dirigentes del tricolor deberían dedicarse a hacer lo propio.
O al menos a intentarlo.
En las locales de 2013, aun con indicios muy claros de las alianzas que gestaba el morenovallismo para competir en las urnas, el priismo del entonces dirigente Pablo Fernández del Campo despreciaba la eventual suma de esfuerzos con minipartidos como Pacto Social de Integración, recién nacido, que al final jaló para el equipo azul.
Esta vez no podrán llamarse sorprendidos.
El PAN buscará replicar la alianza que lo llevó al triunfo en 2010 y 2013.
Un buen comienzo para el PRI sería trabajar en el armado de una herramienta de combate más o menos similar.
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Las declaraciones vertidas por el diputado panista Eukid Castañón Herrera, en las que descartó ampliar el periodo de gobierno del próximo mandatario estatal, podrían no ser definitivas.
Castañón no mintió.
Lo que dijo representaba el sentir del grupo en el poder en ese momento, el martes, apenas día y medio después de confirmarse los resultados de la elección de diputados federales.
Pero por eso mismo, porque se emitieron en un tiempo que impedía el análisis profundo de los acontecimientos electorales y de las expectativas en el mediano y largo plazo, es que podrían cambiar.
Cuentan que dentro del equipo compacto del gobernador Moreno Valle todavía hay quienes pretenden sugerir la ampliación del periodo a cuatro años con ocho meses.
Así que no lo descarte del todo, menos si se cuenta usted entre los priistas que quieren contender por la gubernatura, pero solo aquella que dure más de 20 meses de existencia.
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Una de esos aspirantes tricolores, que no miran ni de reojo la minigubernatura, es Blanca Alcalá Ruiz.
Gracias a la regidora Karina Romero Alcalá se confirmó el miércoles que su mamá, la senadora y ex presidenta municipal de Puebla, lo que quiere y va a hacer es contender por la grande.
Solo por si había dudas.
@jorgerdzc