La crisis que se vive en Puebla de los servicios de salud no se reduce a lo que pasa en el sector público, sino también contribuyen los costos inalcanzables de la medicina privada y, sobre todo, los múltiples abusos que ocurren en los hospitales particulares. Como un caso recientemente registrado en uno de los nosocomios más antiguos de la capital –con 102 años de funcionamiento– que es la Beneficencia Española, en donde a un cliente le han negado a lo largo de los últimos dos meses la entrega de la factura de los consumos que tuvo en este lugar, como una manera de ocultarle los sobrecostos que pagó el afectado.
Todo inició el pasado 18 de julio cuando un menor de edad, llamado Emilio, fue sometido a una intervención quirúrgica para corregirle el mal funcionamiento de la mandíbula que le provocaba dolor y deficiencias al masticar los alimentos. La operación, la hospitalización y la atención posoperatoria fue contratada con antelación. Lo que hacía suponer que no pasaría nada extraordinario.
El primer problema surge cuando el médico especialista, a las 3:15 de la tarde del 18 de julio, les comunica a los padres que el menor salió bien de la operación y que en cuestión de una hora, por mucho, ya lo podrán trasladar a un cuarto. Lo único que están esperando es que se pase el efecto de la anestesia y para ello, otro galeno lo tiene en observación.
Antes de que dieran las 4:00 de la tarde, dio por terminada su labor el anestesiólogo. Luego de que se marchó, ya nadie del hospital se asomaba en el quirófano en donde fue la intervención.
Después de múltiples solicitudes del padre, en un primer momento, y luego ya protestas del progenitor, fue hasta después de las 7:00 de la noche que sacaron al muchacho de la sala de operaciones.
La justificación es que no había camilleros para hacer el traslado. Ese fue el argumento. Lo que en realidad sospechan los tutores es que no estaba listo el cuarto que ya se había contratado. Por cierto, lo cobraron como si lo hubieran utilizado todo el día.
Por haber sido una operación de la mandíbula, queda claro que el paciente no podía abrir la boca y masticar. Desde el primer día, el cirujano dejó la instrucción de que lo alimentarían con malteadas que le serían suministradas con un popote delgado.
Más allá de esa recomendación, en varias ocasiones pasó a revisar al muchacho una nutrióloga, que en cada ocasión dejó anotado que lo debían alimentar con malteadas.
Nunca llegó la comida ordenada por los médicos. Siempre le llevaron gelatina, fruta y té en una taza, lo que imposibilitaba al paciente poder comer.
El día 20 de julio dieron de alta a Emiliano, sin que nunca cumplieran con la alimentación que pidieron los galenos.
Cuando el padre fue a liquidar la cuenta, empezó a revisar cada rubro que pagó.
Le cobraron las malteadas que nunca llegaron, a un precio como si hubieran sido de caviar y no de leche con helado.
También le cargaron los servicios de la nutrióloga, a la que nunca le hicieron caso en el hospital.
Y lo más grave, el costo del quirófano fue como si la operación hubiera terminado hasta después de las 7:00 de la noche y no antes de las 3:00 de la tarde, tal como ocurrió.
El padre del menor, que es médico, fue llevando un puntual registro de todos los incumplimiento o excesos de la Beneficencia Española.
Ante su reclamo de todo lo malo ocurrido en el hospital, que se supone es uno de los más caros y de prestigio de la ciudad de Puebla, a lo mucho le descontaron una hora de uso de quirófano.
Lo grave vino cuando el padre del joven aportó sus datos fiscales y pidió que le facturaran los servicios que había pagado.
El día del egreso le dijeron al progenitor que no servía la impresora y no le podían dar la factura. Cosa rara, pues ya esos documentos se entregan digitalmente.
A la siguiente semana el afectado regresó a la Beneficencia Española y no le entregaron la factura.
Ya ha ido en cuatro ocasiones y siempre le responden que hay “fallas en el sistema”.
Algo difícil de creer con los precios que cobra ese hospital, en donde un cuarto por día cuesta entre 3 mil y hasta 24 mil pesos.
En la presente semana le volvieron a negar el documento fiscal al padre de Emilio y ahora lo han citado para el próximo lunes.