El martes estará en Puebla la dirigente nacional del partido Morena.
La visita de Luisa María Alcalde Luján ocurrirá en horas bajas del partido dueño del país.
Y es que tendrá lugar en momentos en que los fundadores, es decir, la base auténtica del movimiento nacido en 2011, se cuestionan con seriedad hasta dónde se ha perdido la esencia y el camino.
La exhibición y la ostentación de los lujos, las riquezas, los viajes de placer al extranjero y la vida de millonarios de los holgazanes juniors del expresidente Andrés Manuel López Obrador, así como el cinismo que todo ello encierra, no han pasado desapercibidos para el grueso de los militantes.
Militantes que siguen creyendo, con los ojos cerrados, en la gran farsa de la 4T, pero quién sabe hasta cuándo.
Militantes que también observan, atónitos, el recurrente uso de helicópteros y camionetas “machuchonas” del Bienestar por parte de funcionarios federales, gobernadores, presidentes municipales y legisladores que pecan de incongruentes, pues no hay coherencia entre lo que predican los postulados del partido y lo que realmente hacen en sus vidas cotidianas.
Ya quedó claro que lo de la austeridad solo es un cuento para bobos y que hay morenistas de primera, morenistas de segunda y morenistas de tercera; estos últimos son la mayoría y quienes realmente sostienen al movimiento, pero sobre todo a la marca: en asambleas, elecciones y movilizaciones masivas.
El asunto, de hecho, empieza a causar una profunda división –otra más– en las filas de Morena.
Y es que mientras la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo no ha tenido más remedio que salir a manifestar una postura crítica reiterando a cada nuevo escándalo que “el poder se ejerce con humildad y sencillez”, hay otro bloque de militantes y dirigentes que no solo la refuta en público y en privado, sino que tampoco la reconoce como la verdadera líder del partido y, por tanto, para ellos o ellas, sus palabras no son tomadas en cuenta.
Es, pues, en este contexto que se dará la visita de la señora Alcalde Luján a Puebla.
Un estado prioritario para el partido dado el tamaño de su padrón electoral, pero en el que el prioritario proceso de afiliación de nuevos militantes no camina precisamente sobre hojuelas.
Aquí se ha puesto la ambiciosa meta de un millón de afiliaciones para finales de año y se ha armado una súper estructura para conseguirlo; sin embargo, a pesar de todo el dinero invertido, los números van por debajo de lo establecido, pues se tendría que credencializar a 83 mil personas por mes, es decir, unas 2 mil 700 por día, y eso está significando una tarea casi imposible de cumplir.
Así que Alcalde Luján viene, entre otras cosas, a jalar unas cuantas orejas, por no decir que a recetar unos cuantos regaños.
Para ello se ha establecido que, en las escasas horas que estará en el estado, la dirigente de Morena sostenga dos reuniones clave.
La primera, con los integrantes de un ente denominado COTS: Coordinación Operativa para Fortalecer Estructura Territorial.
Y la segunda, con 55 presidentes municipales para exigirles mayor compromiso y más resultados en el proceso de afiliación de nuevos militantes.
Públicamente, la narrativa señalará que dicho proceso avanza según lo previsto y “sin contratiempos”.
También se presumirá –hasta el cansancio– la “gran unidad” que prevalece en Morena, cuando en los hechos las fracturas son más que evidentes.
Nadie, por cierto, mencionará la súper estructura paralela que se ha armado –y que opera lejos del control del partido– para reclutar a nuevos miembros del partido en el estado.
Alcalde Luján hará un recorrido por algunas calles de la ciudad de Puebla, en las que entregará credenciales. Se busca que tenga contacto con la militancia y visibilidad pública. Es decir, un baño de pueblo –sabio y bueno.
Se desconoce –al menos yo– si tendrá un encuentro privado con el primer morenista del estado, el gobernador Alejandro Armenta Mier.