El arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa, expresó su profunda preocupación por el incremento de la violencia e inseguridad en México, subrayando que el problema no se limita a regiones del norte del país, sino que también se vive en Puebla.
“La violencia en el país nos lastima a todas y todos”, advirtió durante su homilía dominical, al destacar que esta situación ha generado miedo, desconfianza y actitudes hurañas y agresivas en la sociedad. Alertó, además, sobre el riesgo de caer en la indiferencia frente a la inseguridad.
Llamado a mantener la esperanza y el equilibrio
Sánchez Espinosa instó a los fieles a no renunciar a la libertad en aras de la seguridad, recordando que “si no, terminaremos encerrados en nuestras propias prisiones”.
Pidió fomentar un equilibrio entre libertad y seguridad, vivir vigilantes, tratar con dignidad a cada persona y generar un ambiente de fraternidad como respuesta a la violencia. También exhortó a crear “espacios de esperanza y creatividad” para reconstruir el tejido social y superar los temores.
Advirtió, asimismo, sobre los “espejismos de felicidad” promovidos por el consumismo y el materialismo, que fomentan falsas libertades y pueden llevar a la decadencia social.
Oraciones por víctimas y comunidad
Durante la Eucaristía celebrada en la Basílica Catedral de Puebla, el arzobispo pidió orar por el descanso del niño Fernandito, asesinado en el Estado de México, y por el presbítero Edgardo Camilo Antonio, fallecido en un accidente.
“El verdadero discípulo siempre tendrá en su corazón un remanso de paz y un sano optimismo”, concluyó, invitando a la comunidad a no perder la fe y a trabajar unida frente a la violencia.