Efekto 10
Ricardo Morales / Serpientes y Escaleras
El 8 de junio, una vez concluida la elección federal, arrancará formalmente la sucesión gubernamental para encontrar al hombre que sustituya al actual mandatario, Rafael Moreno Valle Rosas.
El resultado de la jornada electoral sin duda incidirá en la toma de decisiones en Casa Puebla, donde —por ejemplo— se retomó el debate en torno a la conveniencia de ir a una elección para elegir a un gobernador de un año y ocho meses o a uno de cuatro años y ocho meses.
El tiempo avanza inexorablemente y una decisión de ese tipo requiere tiempo para llevarse a cabo, aunque no hay mucho; la decisión debe tomarse cuanto antes, ya que al tratarse de una reforma constitucional, esta deberá efectuarse un año antes de la elección.
Un factor ha incidido de manera importante para volver a reflexionar en torno al tema, y ese será el resultado electoral del próximo domingo 7 de junio.
Inicialmente, en los cálculos realizados se contemplaba un escenario bastante favorable: el priismo lucía bastante disminuido y sin rumbo, lo que auguraba un desastre para el tricolor, salvo en tres distritos: 13, 14 y 16, que estaban negociados con los amigos del presidente Peña, Antorcha y Estefan.
Pero las cosas cambiaron cuando inició la campaña y los candidatos seleccionados no conectaban con la gente, las mediciones realizadas no fueron del todo halagüeñas, el resultado electoral se complicó y de ahí que hoy se analice qué va a pasar con la sucesión gubernamental.
De ahí que si el resultado es favorable, como inicialmente se preveía, se podría ampliar el periodo constitucional del nuevo gobernador a cuatro años y ocho meses.
En tanto que si el resultado electoral no es el que originalmente se planteó, entonces las cosas se dejarán como están, a la espera de que se pueda recomponer el tema electoral en la entidad para el grupo en el poder.
Lo que no varía es el plan original: Antonio Gali Fayad es el hombre elegido para darle continuidad al proyecto que arrancó hace seis años con la llegada de Rafael Moreno Valle a la gubernatura de Puebla.
El presidente municipal de Puebla Antonio Gali es el hombre seleccionado ya sea que se mantenga el proyecto original de ir a una elección de un año y ocho meses o a uno de cuatro años y ocho meses.
Gali tiene los mejores números, es un personaje carismático y ejemplifica el modelo de candidato, ya que cuenta con una imagen impecable.
Los números hacen de Gali el candidato más competitivo, el que puede entregar los mejores resultados y el que puede competir de “tú a tú” con personajes con experiencia dentro del PRI, como Blanca Alcalá, Alejandro Armenta, Enrique Doger, Juan Carlos Lastiri o Javier López Zavala.
Y es que el priismo ha recargado sus pilas y enfocado sus baterías en recuperar Casa Puebla, algo que inicialmente se veía más que complicado y que puede variar de acuerdo con el resultado que arroje la elección del 7 de junio.
Los bonos de varios priistas pueden irse al alza, así como la moral de un partido que andaba de capa caída y sin esperanza, y que ahora puede tener la oportunidad de competir contra un aparato que en apariencia lucía indestructible.