En medio de tantas y tan malas noticias, el inesperado anuncio sobre el reinicio de la producción del modelo Golf en la planta de Volkswagen de México en Puebla viene a ser no solo una bocanada de aire fresco, también una clara señal de optimismo de la armadora alemana ante los embates –vía aranceles– y la hostilidad del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, hacia México en lo general y hacia la industria automotriz en lo particular.
La reactivación, a partir de 2027, de este popular modelo, que dejó de fabricarse en Puebla en 2021, tiene varias implicaciones y traerá numerosos beneficios tanto para la empresa como para la región.
Por ejemplo:
– Reconocimiento a la Trayectoria y la Calidad: la decisión de Volkswagen de reiniciar la producción del Golf en Puebla es un reconocimiento a la experiencia, eficiencia y calidad de la planta, que ha producido más de 2 millones de unidades del modelo en el pasado.
– Generación de Empleos e Impulso Económico: se espera que la producción del Golf en Puebla genere nuevos empleos y impulse la economía local, lo que beneficiará a la región y a la industria automotriz en México.
– Optimización de Costos y Producción: la decisión de trasladar la producción del Golf a Puebla responde a la necesidad de reducir costos y optimizar la producción, lo que permitirá a Volkswagen enfocarse en la producción de vehículos eléctricos en su planta de Wolfsburg, Alemania.
– Consolidación de México como Socio Estratégico: la producción del Golf en Puebla refuerza la importancia de México en la estrategia global de Volkswagen, aprovechando la experiencia y la infraestructura existente en el país.
– Mejora en la Balanza Comercial: la producción del Golf en México también puede ayudar a mejorar la balanza comercial del país, al aumentar las exportaciones de vehículos a otros mercados, incluyendo Estados Unidos y Canadá.
– Inversión y Crecimiento: la planta de Puebla cerrará temporalmente 11 naves para prepararse para nuevos proyectos, lo que indica una inversión en infraestructura y crecimiento para la empresa en la región.
En cuanto a las implicaciones para Volkswagen, la producción del Golf en Puebla forma parte de su plan de rescate y reestructuración para enfrentar los desafíos actuales en la industria automotriz, incluyendo la transición a vehículos eléctricos y, sobre todo, la competencia asiática. Los modelos chinos, muy baratos pero de muy baja calidad, le están comiendo el mercado.
“La designación de nuestra planta de Puebla como sede de producción de Golf es un reconocimiento a una trayectoria de experiencia, eficiencia y calidad que hemos construido durante más de medio siglo. Este modelo forma parte de nuestra historia, pero también de nuestro futuro”, afirmó Holger Nestler, presidente y CEO de VW de México, al confirmar la noticia.
Hay que recordar que desde la década de 1970 hasta 2021, la planta asentada sobre una superficie de 300 hectáreas en Cuautlancingo fue hogar de cuatro diferentes generaciones de Golf. Más de 2 millones de unidades producidas consolidaron a este super ventas como un símbolo inequívoco de la calidad de Lo Hecho en México.
Ahora regresará y ello impactará positivamente en Puebla en medio de tiempos oscuros, muy oscuros para la industria automotriz, uno de los principales sostenes de la economía estatal.